La pareja, que se conoció en la universidad, se casó hace siete años y tenía dos hijos, uno de ellos con parálisis cerebral, al que los médicos le daban una esperanza de vida de menos de un año. Por eso vivían el confinamiento con mayor temor.
Katie entró al cuarto donde estaba su esposo, tomó una bolsa con sus cosas y agarró el teléfono con el que se había comunicado a través de mensajes y de videollamadas, antes de ser intubado.
“Me trajeron a su habitación y él estaba acostado allí y se veía asustado. No parecía tranquilo y yo le decía ‘lo siento’. Por alguna razón en mi delirio, quería sacar todas las fotos de mi esposo y mis hijos de su teléfono”, contó Katie a CNN.
En el teléfono, Katie encontró la carta de despedida que les dejó Jonathan antes de morir, y la cual compartió.