Londres, Inglaterra.- Un menor de edad fue abusado desde los 3 años por la pareja de su padre; trascendió que gritó de dolor cuando su mamá adoptiva, Eunice “N”, le rompió la parte superior de los pies con la pata de una silla, antes de hacer lo mismo con sus hermanos.
El castigo ocurrió sólo porque se perdió un chocolate; ese fue el comienzo de 13 años de abusos pues los niños sufrieron golpizas diarias, les pusieron las patas de una silla en la boca, fueron encerrados en una habitación sin comida ni agua durante semanas y comieron su propio vómito.
La malvada Testigo de Jehová rompió la rótula del infante con un trozo de madera, lo ató a una camioneta por la pierna y lo arrastró por su granja, causándole lesiones permanentes.
A los 16 años su hermana reveló en la iglesia las torturas, lo que llevó al arresto del a mujer quien fue encarcelada durante 14 años.
El joven tiene cicatrices físicas y mentales de su infancia: se sometió a innumerables operaciones incluida la extracción de la punta de un cuchillo de la mandíbula, después de que Eunice lo encajó en su boca.
Trágicamente, la hermana del chico se quitó la vida porque el encierro de la pandemia, agravó sus problemas mentales.