El 2 de mayo de 2025, el Vaticano dio un paso significativo en los preparativos para el próximo cónclave al instalar la emblemática chimenea en el techo de la Capilla Sixtina. Este conducto metálico será el medio por el cual se anunciará al mundo el resultado de las votaciones secretas para elegir al sucesor del Papa Francisco, fallecido el 21 de abril.
La chimenea, visible desde la Plaza de San Pedro, emitirá humo negro si no se ha alcanzado un consenso entre los cardenales, y humo blanco cuando se haya elegido al nuevo pontífice. Este sistema tradicional de señales de humo, conocido como "fumata", es una de las tradiciones más reconocidas del cónclave papal.
El cónclave comenzará el 7 de mayo y contará con la participación de 133 cardenales menores de 80 años, quienes votarán en secreto bajo los frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. Se requiere una mayoría de dos tercios, es decir, al menos 89 votos, para que un candidato sea elegido Papa.
Además de la instalación de la chimenea, se han implementado estrictas medidas de seguridad y confidencialidad en la Capilla Sixtina. Se han colocado bloqueadores de frecuencia para impedir cualquier tipo de comunicación electrónica y se han aplicado películas protectoras en los ventanales para evitar la observación desde el exterior.
La elección del nuevo Papa es un evento de gran importancia para los más de 1.300 millones de católicos en el mundo. El sucesor del Papa Francisco enfrentará desafíos significativos, como la disminución de vocaciones, los escándalos de abusos dentro de la Iglesia y la necesidad de conectar con las nuevas generaciones en un mundo cada vez más secularizado.
Con la instalación de la chimenea en la Capilla Sixtina, el Vaticano se prepara para uno de los eventos más trascendentales de la Iglesia Católica: la elección de un nuevo Papa. El mundo espera con expectación la señal de humo blanco que anunciará al nuevo líder espiritual.