La tensión comercial entre Estados Unidos y China volvió a ser noticia tras la aclaración del gobierno estadounidense sobre los altos aranceles que enfrentarán ciertos productos procedentes del país asiático. Aunque no se impusieron nuevos gravámenes, la Casa Blanca informó que, al considerar impuestos previos, algunas importaciones chinas podrían alcanzar una carga arancelaria de hasta el 245%.
Este elevado porcentaje resulta de la suma de tres medidas distintas: un 125% por lo que se denominan "aranceles recíprocos", un 20% de penalización vinculado al ingreso de fentanilo de origen chino a territorio estadounidense, y un impuesto adicional —establecido durante el primer mandato del expresidente Donald Trump— que varía entre el 7.5% y el 100%, conforme a la Sección 301 de la Ley de Comercio.
Cabe destacar que esta cifra no representa un nuevo incremento por parte del gobierno estadounidense, sino una aclaración sobre la carga fiscal total que se aplica actualmente a determinados productos provenientes de China.
Por su parte, el gobierno chino, a través del portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Li Jian, minimizó la importancia de estos anuncios. Según el funcionario, cualquier nuevo aumento carece de sentido dado que las condiciones para el comercio entre ambas potencias ya no son viables. Pekín, además, había respondido recientemente con un arancel del 125% a productos estadounidenses, intensificando así la disputa arancelaria.