Al menos 15 ciudadanos sin vida y 31 lesionados, fue el saldo que dejó una gran explosión en la mezquita chií en Kandahar.
Trascendió que es probable que el número de víctimas aumente, señalaron las autoridades; el portavoz del Ministerio del Interior talibán, Qari Saeed Khosti, indicó que el Gobierno están recopilando detalles de la explosión.
El atentado, sucedió días después de un ataque suicida con bomba reclamado por Estado Islámico (ISIS), en una mezquita chií de la ciudad norteña de Kunduz y que dejó decenas de fallecidos.
Las fotografías e imágenes publicadas en redes sociales, mostraron a muchas personas aparentemente muertas o gravemente heridas, sobre el suelo ensangrentado de la mezquita Imam Bargah.
Un funcionario de salud dijo que 15 cadáveres y 31 heridos fueron trasladados al Hospital Mirwais de la ciudad, pero se espera que el total aumente, ya que las ambulancias seguían llevando víctimas.
Fuerzas especiales talibanas llegaron para asegurar el lugar y se hizo un llamado a los residentes, para que donaran sangre a los heridos; nadie se atribuyó la autoría del atentado de inmediato, pero la explosión puso de manifiesto la seguridad cada vez más incierta que vive Afganistán, mientras los talibanes se enfrentan a una creciente crisis económica y humanitaria que amenaza a millones con el hambre.
