Washington.- En un movimiento que ha generado amplio debate, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este jueves una orden ejecutiva para desmantelar en gran medida el Departamento de Educación, reduciendo sus funciones a la mínima expresión. La medida busca cumplir con su promesa electoral de recortar el Gobierno federal y devolver la gestión educativa a los estados.
La Casa Blanca ha confirmado que el Departamento no será eliminado por completo sin la aprobación del Congreso, pero sí perderá gran parte de sus competencias. Sin embargo, mantendrá responsabilidades clave como la administración de becas, ayudas y préstamos estudiantiles.
"Decisión histórica" según Trump
Antes de firmar la orden, Trump declaró que esta decisión "ha tardado 45 años en tomarse", haciendo referencia a la creación del Departamento en 1979, algo que los republicanos han criticado desde entonces. "Este departamento será desmantelado de una vez por todas", afirmó el mandatario.
El evento contó con la presencia de gobernadores republicanos como Ron DeSantis (Florida), Jeff Landry (Luisiana), Bill Lee (Tennessee) y Kim Reynolds (Iowa), además del congresista Rick Allen y una docena de niños invitados como símbolo de la reforma educativa.
Críticas a la gestión educativa federal
Trump justificó la reducción del Departamento de Educación señalando que Estados Unidos ha invertido "tres billones de dólares en 45 años", pero los resultados de los estudiantes en pruebas estándar han empeorado, especialmente en matemáticas y lectura. También aseguró que el país "es el que más dinero ha gastado por alumno", sin ver mejoras significativas en el nivel académico.
No obstante, garantizó que los programas de apoyo a niños con discapacidades y los fondos del Título I para menores de familias con bajos ingresos se mantendrán, pero serán redistribuidos a otras agencias gubernamentales.
Congreso y oposición demócrata
Si bien la posibilidad de eliminar por completo el Departamento de Educación requiere aprobación del Congreso, donde se espera una fuerte oposición demócrata, Trump confía en obtener los votos suficientes para lograrlo. "Incluso algunos demócratas creen que ya era hora de desmantelar esta agencia", afirmó.
La secretaria de Educación, Linda McMahon, a quien Trump presentó como "la última secretaria de Educación del país", defendió la decisión afirmando que la reducción de burocracia no afectará los servicios a los estudiantes. "El objetivo es que el dinero vuelva a los estados sin la burocracia de Washington", subrayó.
Esta medida coincide con el anuncio del Departamento de Educación de que la mitad de su personal será puesto en baja administrativa a partir del 21 de marzo, lo que ha generado preocupación sobre el impacto en la administración de programas educativos.
La iniciativa ha sido recibida con reacciones mixtas. Mientras los republicanos aplauden el recorte de burocracia, los críticos advierten que podría afectar negativamente la equidad en la educación a nivel nacional.
La decisión de Trump marca un cambio drástico en la política educativa de Estados Unidos y abre un intenso debate sobre el futuro de la enseñanza en el país.
