WASHINGTON, D.C. – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió suspender temporalmente las redadas migratorias en centros de trabajo como granjas, restaurantes y hoteles, al reconocer que estas acciones han dejado sin mano de obra a sectores clave de la economía, informó este sábado The New York Times.
La sorpresiva determinación ocurre en un contexto de creciente impopularidad de los operativos impulsados por la Agencia de Inmigración y Aduanas (ICE), que se intensificaron en las últimas semanas como parte de una ofensiva federal contra trabajadores indocumentados.
La decisión también coincide con una oleada de protestas masivas iniciadas en Los Ángeles y replicadas en otras ciudades del país, lideradas por activistas, trabajadores y defensores de los derechos migrantes.
El viraje en la estrategia fue notificado a las oficinas regionales del ICE mediante un correo electrónico enviado el jueves, en el que se instruye suspender todas las investigaciones y operaciones en lugares de trabajo relacionados con la agricultura, acuicultura, empacadoras de carne, restaurantes y hoteles.
En su red social Truth Social, Trump admitió que la dureza de las redadas estaba afectando la productividad de sectores fundamentales para la economía del país:
"Nuestros grandes agricultores y las personas que trabajan en el sector hotelero y del ocio han estado afirmando que nuestra política de inmigración tan agresiva les está quitando muy buenos trabajadores con mucha antigüedad, y que esos puestos de trabajo son casi imposibles de reemplazar", escribió el mandatario.
A pesar del cambio táctico, Trump reiteró su postura de mano dura:
"Debemos proteger a nuestros agricultores, pero sacar a los delincuentes de los Estados Unidos. ¡Se avecinan cambios!"
Según The New York Times, el freno a las redadas también responde a un cálculo político de cara a las elecciones legislativas de 2026, ya que los operativos estaban afectando a sectores agrícolas y empresariales en circunscripciones clave que el presidente busca retener.
El endurecimiento de las redadas había generado incluso incomodidad entre algunos aliados republicanos, particularmente en estados del sur cuya economía depende en gran parte de la mano de obra inmigrante.
Diversas organizaciones pro-inmigrantes calificaron la suspensión como una "victoria parcial", pero exigieron una revisión estructural de las políticas migratorias laborales, muchas de las cuales, afirman, promueven el miedo, la precarización y la criminalización de trabajadores sin documentos.
Aunque representa un giro estratégico en la narrativa migratoria de Trump, la pausa deja en claro que el tema seguirá siendo uno de los ejes más conflictivos en la política estadounidense en los meses previos al nuevo ciclo electoral.
