En ese sentido, reiteró su pedido para cambiar las leyes migratorias y criticó al Partido Demócrata, con miras a las elecciones legislativas de noviembre.
"He alertado a la Patrulla Fronteriza y a los militares que esta es una Emergencia Nacional", agregó.
Además, confirmó que el gobierno estadounidense comenzará a "cortar o reducir sustancialmente" la asistencia económica que entrega a Guatemala, Honduras y El Salvador, por señalar que "no hicieron el trabajo de detener a la gente que sale del país", tal como había amenazado días atrás.
Tras pasar su segunda noche en territorio mexicano, miles de hondureños indocumentados se preparan este lunes para continuar su camino hacia Estados Unidos, pese al temor de ser detenidos y deportados en cualquier momento o secuestrados por narcotraficantes.
El trayecto por México puede tomarles un mes, según Rodrigo Abeja, activista de la organización Pueblos Sin Frontera que ha acompañado a varias caravanas.
Trump advirtió el domingo que hará todo para "detener la embestida de migrantes ilegales" a su frontera sur. "Esas personas deben primero solicitar asilo en México, y si no lo hacen Estados Unidos los rechazará", escribió en Twitter.
El domingo, durante su trayecto a Tapachula, cientos de policías interceptaron a los migrantes para "invitarlos" a abordar camiones y llevarlos a un albergue para iniciar sus solicitudes de refugio o visa. La mayoría rechazó la oferta por temor a que fuera una trampa para regresarlos.
Sin documentos, los migrantes quedan en la clandestinidad a lo largo de miles de kilómetros de camino y a merced de traficantes de personas o drogas que los secuestran o buscan reclutarlos contra su voluntad.
En 2010, un grupo de 72 migrantes de Centro y Sudamérica fueron secuestrados por el cartel de Los Zetas y asesinados porque se negaron a unírseles, según el gobierno. Sus cadáveres fueron hallados en una bodega de Tamaulipas, fronteriza con Estados Unidos, todos con las manos atadas y tiros de gracia.