Con el objetivo de evitar una guerra petrolera, las principales naciones productoras de crudo en el mundo, entre ellas México, acordaron una reducción de producción para afrontar el impacto del Covid-19.
Luego de retomar las negociaciones, que la semana pasada fueron tensas, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) pactó reducir 9.7 millones de barriles diarios, es decir, 300 mil menos que en el plan original.
En el caso de México, éste se prevé sólo recorte 100 mil y no 400 mil barriles diarios como se proponía al inicio de las discusiones.
Ante esta situación, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, agradeció en sus redes sociales el apoyo de las 23 naciones que integran la OPEP por el acuerdo histórico alcanzado, el cual entrará en vigor a partir de mayo.
Incluso el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, reconoció el trabajo de la titular de Energía, ya que consideró que los intereses de México fueron defendidos y a la vez se facilitó el pacto para frenar la caída del crudo.
Con esta medida se busca hacer frente a las problemáticas que ha causado la pandemia, ya que no sólo el precio de los combustibles se ha reducido considerablemente, sino que debido a las restricciones de aislamiento en distintas naciones, los vuelos y los viajes terrestres han disminuido.
La finalidad de estos recortes es estabilizar los precios del crudo durante esta crisis que provocó la baja demanda de los mismos.