El padre jesuita Javier Ávila, sacerdote jesuita que sobrevivió al ataque de un hombre armado, el cual, asesinó a sus compañero, afirmó que el perpetrador pidió confesión ante el y pidió perdón por sus acciones.
“El interrogante del mismo sacerdote que queda con vida es ‘¿por qué a mi no me mató?’. Ayer me hizo la narración, él estaba en medio de los dos sacerdotes cuando el delincuente, con el arma en la mano, mata a un sacerdote, luego al superior jesuita, a él también lo mata. Él (Jesús Reyes) se queda en medio y él dice: ‘Yo sigo. No sé por qué no me mató'. Se quedó en medio desconcertado. (El sicario) se puso a platicar con él, incluso me dice que se arrodilló y le pidió perdón, le pidió confesión”, contó Ávila en Radio Fórmula.
La confesión del asesino se dio junto en el lugar de los hechos y la confesión llegó a durar una hora, el sacerdote jesuita señaló que pidió que no se llevara los cuerpos de sus compañeros, pero un grupo de sicario llegó para llevarlos.
José Noriel Portillo, alias ‘El Chueco’, es el principal sospechoso del homicidio de los sacerdotes jesuitas y un civil. Desde hace al menos una década, ‘El Chueco’, líder de ‘Los Salazares’ en el municipio de Urique, se adueñó de la vida y acciones de los pobladores de esa región de la Sierra Tarahumara.