A cinco meses de que le dictaron prisión preventiva, la exsecretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles fue encontrada con siete kilos menos, portando el uniforme beige que llevan las reclusas del penal de Santa Martha Acatitla de manera impecable, y con el cabello perfectamente peinado.
Luego de tres intentos, el periodista Héctor de Mauleón logró encontrarse con Rosario Robles, quién le contó cómo fue el día de su detención, en agosto pasado, por el delito de omisión.
“Fue de terror, sencillamente no estaba preparada. Llegué a las ocho de la mañana, sin dormir, y todo estaba helado. Yo me sentía deshecha, tronada física y mentalmente. Me dormí varias horas y cuando desperté vi que todo era cierto. ‘¿Qué es esto?’, me pregunté… Fueron días muy malos.”, dijo.
Al ser cuestionada sobre sus días en prisión, la exfuncionaria señaló que se refugió en la lectura para evitar escuchar “las cosas terribles” de las otras reclusas.
Reveló que comenzó a leer novelas, pero los libros de meditación “la salvaron”, pues le dejaron varios aprendizajes.
“Aprendí algunas cosas: a intentar estar en el ahora, vencer la angustia del mañana, soportar el peso de los días. Me ayudó a alejar la ira, el coraje, el resentimiento. A tratar de dejar atrás los sentimientos del pasado”, detalló.
Asimismo, contó que además de leer, hace ejercicio con pesas que hizo con dos garrafones de agua, limpia su celda, recibe visitas, teje mucho, y platica con sus compañeras, acusadas de secuestro o robo.
“Platico con las mujeres que tengo a lado […] porque el otro tema de la cárcel es el amor: los hombres las usan, las incitan a delinquir, y cuando las detienen las abandonan”, dijo.
Respecto al abandono, señaló que “unos han estado al pie del cañón”, y algunos gobernadores o exfuncionarios la abandonaron.
“Los entiendo, creen que mientras se vengan contra mí, los van a dejar a ellos en paz”, afirmó.
Rosario Robles reveló que no ha tenido contacto con el expresidente Enrique Peña Nieto, “y en estos momentos, tal vez sería peor si lo hubiera”.