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Novena felina surgió para dejar huella

Por Agencia - 08 febrero, 2017 - 01:07 a.m.
Novena felina surgió para dejar huella

CIUDAD DE MÉXICO.- Una de las organizaciones más populares del beisbol mexicano cierra una historia dorada al hacer el anuncio de su desaparición. Los Tigres están cerca de su extinción, pero su recuerdo seguirá vigente a lo largo de los años entre los aficionados.

El equipo que nació campeón, el primero en jugar sólo con peloteros nacionales, el del cuadro del millón, el que hizo grande Alejo Peralta, el de la gran rivalidad con los Diablos Rojos, el de los famosos Chitos (García, Ríos y Rodríguez), el de Matías Carrillo, quien convirtió al 24 en uno de los números más emblemáticos de su historia y hasta el de Chacho, la mascota más famosa y quien ya era un símbolo del equipo, se va llevándose una de las tradiciones mas ricas de Rey de los Deportes.

Los peregrinos Tigres que se habían mudado de sede en tres ocasiones en los últimos 17 años enfrentan el viaje final y dejan huérfana a una de la aficiones más nobles y fieles en un deporte nacional. La misma que los seguía a los diferentes parques y que ansiosos esperaban su llegada a la Ciudad de México, la que nunca dejó de ser su casa a pesar de jugar en Puebla o en Cancún, donde tuvieron su última sede.

El nacimiento de Tigres no fue una casualidad. Se dio con toda la planeación y con el apoyo de un convenio de trabajo de los Piratas de Pittsburgh, que para la temporada de 1955 se encargaron de enviar valiosos elementos para forjar al equipo que se consagraría campeón. Misma temporada en la que nació el Parque del Seguro Social, su casa por 45 años. Luego vendría una sequía de 10 años sin títulos, pero que significó un trabajo a largo plazo para desarrollar el talento mexicano.

Justo en 1965 se forma un equipo sólo con peloteros nacionales, el primero en hacerlo en la historia, un cambio exitoso que se coronó con la obtención del título. La pasión por los Tigres se desbordó e, incluso, llegaron a tener mejores asistencias que su acérrimo rival Diablos Rojos, equipo con el que compartían casa en la capital.

Tras una desastrosa gira por Japón, en la que perdieron los 13 partidos que enfrentaron, los felinos aprovecharon esa gira como preparación previa a la temporada de 1966, en la que se llevaron el bicampeonato, ni más ni menos que al superar en la final al México Rojo.

Luego tuvieron que pasar 26 años para volver a la obtención de un campeonato, tiempo en el que el beisbol nacional sufrió una de las más grandes crisis con la huelga de 1980, en la que se tuvo como oponente principal a Alejo Peralta.

En ese tiempo también nació uno de los más importantes y ambiciosos proyectos de Peralta con la creación de la Academia de Pastejé, que se convirtió en el semillero no sólo de los Tigres sino de la Liga Mexicana de Beisbol.

Justo de esta escuela de beisbol salió Matías Carrillo, el famoso Coyote, quien con el tiempo se convertiría en una de las leyendas del equipo felino.

Precisamente Carrillo regresó al beisbol de México en la temporada de 1992, luego de su paso por Estados Unidos. Llegó para apuntalar la ofensiva felina y colaborar en el ansiado título. Otros peloteros destacados ese año fueron Antonio Cañón Osuna, Isidro Márquez y el famoso lanzador Jesús Chito Ríos, otro de los grandes ídolos de la fanaticada felina.

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