Como si se encontraran ya en un velorio los jugadores de Argentina se comportaron al salir del Estadio de Nizhny.
Silencio, caras largas y desafiantes fueron las del grupo de 23 seleccionados de la albiceleste que optaron por atravesar la zona mixta en bloque y no detenerse a las peticiones de entrevistas.
Entre ellos Lionel Messi. Como en un camuflaje el jugador del Barcelona se valió de su singular estatura para meterse entre los más altos del grupo y tratar de perderse así de las miradas de los reporteros argentinos y de las peticiones de entrevistas.
Pero no faltó quién sí se percatara de su presencia en la fila de futbolistas y le pidiera, en vano, que se detuviera.
El único que accedió a pararse fue Mascherano y sólo por unos segundos para quitarle la marca a sus compañeros después de hora y media que terminó el partido.
"No es momento de decir nada, hay que esperar y ya", expresó Mascherano y tomó camino para alcanzar a los demás.
Antes, el técnico Jorge Sampaoli acudió a conferencia y ante los dardos de la prensa puso el pecho y aceptó su responsabilidad tras la caída de 3-0 ante Croacia.
"Soy el responsable de tomar decisiones. La clave de la derrota tiene que ver con responsabilidades, más de todo mías que soy el entrenador, por el plan de partido, por situaciones que si planteo de otra forma hubieran salido mejor. No creo considerable ni humano ni real achacarle la responsabilidad a Caballero", dijo Sampaoli por el primer gol croata.
Aceptó que el proyecto no prosperó pero cuando se le cuestionó porque hablaba en pasado cuando matemáticamente Argentina aún tiene opción, quiso rectificar al decir que se refería al proyecto de partido.
Y habló de Lionel Messi al insistir en que no lo comprará con lo hecho por Cristiano Ronaldo en lo que va del Mundial.
"En este momento por lo que está viviendo el equipo argentino incómoda poco la realidad del momento de Leo, que está perjudicado por no encontrar nosotros como conductores el equipo que se acomode mejor a él".