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Opinión

LAS CARTAS SOBRE LA MESA

acognata@comcast.net
Por acognata@comcast.net - 18 marzo, 2018 - 03:39 a.m.

Bienaventuranzas del

cristiano en la política

Las bienaventuranzas del cristiano en la política es el tema que podemos reflexionar hoy. Hace algunos años, el cardenal Francisco Javier Van Thuân, quien cuando en 1975 lo encarcelaron injustamente, y estuvo muchos años en campos de prisión, se hizo la pregunta más angustiosa para él: ¿Podré seguir celebrando la Eucaristía? Y durante sus 13 años de prisión continuamente recordaba la frase de los mártires de Abitene del S. IV, citada por la Sacramentum Caritatis: “Sine Dominico non possumus”, “No podemos vivir sin la celebración de la Eucaristía”. Igualmente, el cristiano, en el ámbito en el que se desenvuelva, laboral, familiar, político, no puede vivir ajeno a su fe, a los sacramentos, sabiendo que en todo lo que realice está comprometiendo su salvación.

El ya fallecido Cardenal Francisco Javier Van Thuân, escribió algunas bienaventuranzas para los dirigentes, políticos, y cristianos constituidos en autoridad. De él son estas bienaventuranzas, actuales y colmas de sabiduría evangélica. En ellas se resumen de manera muy hermosa los deberes de la política y de los políticos cristianos:

1. Bienaventurado el dirigente político que entiende su papel en el mundo.

2. Bienaventurado el dirigente político que ejemplifica personalmente la credibilidad.

3. Bienaventurado el dirigente político que trabaja por el bien común y no por intereses personales.

4. Bienaventurado el dirigente político que es sincero consigo mismo, con su fe y con sus promesas electorales.

5. Bienaventurado el dirigente político que trabaja por la unidad y hace de Jesús el fulcro de su defensa.

6. Bienaventurado el dirigente político que trabaja por el cambio radical, se niega a llamar bueno lo que es malo y utiliza el Evangelio como guía.

7. Bienaventurado el dirigente político que escucha al pueblo antes, durante y después de las elecciones y que siempre escucha a Dios en la oración.

8. Bienaventurado el dirigente político que no tiene miedo de la verdad ni de los medios de comunicación, porque en el momento del juicio responderá solo ante Dios, no ante los medios de comunicación.

¿Por qué no tomar, en el ámbito público, como criterio de vida cristiana las bienaventuranzas, los Diez Mandamientos, en definitiva el Evangelio? Debemos tener presente que los principios evangélicos o los Diez Mandamientos no son propiedad privada de los cristianos o de los judíos. Son, ante todo, una expresión altísima de razón moral, que se identifica ampliamente con la sabiduría de las demás grandes culturas.

Hacer referencia a conceptos evangélicos, y aplicarlos a la propia vida, podría ser una solución interesante para resanar la razón y corazón del hombre moderno, lastimado en sus principios y valores. Aquí surge también con claridad lo que la fe puede hacer por una buena política: no sustituye a la razón, pero puede contribuir a poner de manifiesto los valores esenciales. A través del carácter concreto de la vida de fe, les confiere una credibilidad que después ilumina y resana también a la razón. En el siglo pasado, como en todos los siglos, el testimonio de los mártires puso límites a los excesos del poder y contribuyó así de manera decisiva a resanar la razón y los excesos de falta de libertad a los que muchos se vieron sometidos.

Santa María Inmaculada, de la Dulce Espera, Ruega por nosotros.

P NOEL LOZANO: Sacerdote de la Arquidiócesis de Monterrey. www.padrenoel.com; www.facebook.com/padrelozano; padrenoel@padrenoel.com.mx; @pnoellozano

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