Piedras Negras, Coah. – En la colonia Altamira, los habitantes viven entre basura, inseguridad, calles destruidas y promesas incumplidas por parte de las autoridades municipales. A lo largo de varias cuadras, los vecinos denuncian la existencia de basureros clandestinos, robos a casa habitación, personas en situación de calle bajo los influjos de drogas, y una creciente preocupación por la falta de respuesta del Ayuntamiento.
Uno de los focos principales de insalubridad se encuentra sobre la calle Abraham González, entre Monterrey y León, donde un tiradero clandestino se extiende sin control. “Durante campaña, el presidente Jacobo Rodríguez prometió limpiarlo por completo, pero solo levantaron un pedacito y dejaron lo demás igual”, reclama Rebeca Hernández, vecina de 82 años.
La zona, además de basura doméstica, es usada para tirar ramas, llantas, muebles y hasta animales muertos, generando olores fétidos y riesgos de infección. Otros puntos de acumulación de desechos se localizan en calles como Abasolo con Prolongación Matamoros, y entre Bertha B. de la Peña y Monterrey.
La inseguridad también es una constante. “En las noches da miedo, yo duermo sola y temo que se metan por la ventana”, expresa doña Rebeca, quien también reporta personas merodeando en estado inconveniente cerca de su domicilio.
Otra vecina —quien pidió el anonimato— relató que sufrió un robo en su casa: los ladrones se llevaron una pantalla, una tablet, dinero y hasta cámaras de vigilancia. Aunque interpuso una denuncia, nunca se identificó a los responsables. “No soy la única, a varias vecinas ya les pasó”, lamenta.
Los colonos también reportaron la presencia de una persona sin hogar, con comportamiento agresivo, que daña vehículos y casas. Aunque fue detenido una vez, al día siguiente volvió a las calles del sector.
En temporada de lluvias, la situación empeora. El agua proveniente de predios industriales cercanos inunda las casas ubicadas entre Abraham González, Negrete y León. “Pedimos una solución para que ya no entre el agua por los patios”, exige Javier Gómez.
El mismo vecino pidió la intervención del Municipio ante la sobrepoblación de perros callejeros, que no solo rompen la basura, sino que han llegado a morder a los habitantes. “Tiran los botes, riegan la basura y los de recolección ya no se la llevan porque está regada”, detalla.
La falta de alumbrado público también mantiene en vilo a los colonos. Sobre la calle Acción Popular, entre Abasolo y Negrete, la oscuridad favorece el tránsito de personas que merodean los vagones del tren y que, según los vecinos, también ingresan al barrio para delinquir.
Finalmente, los habitantes de Altamira exigieron la rehabilitación de calles como Negrete, Bertha B. de la Peña y Abasolo, que llevan años sin recibir mantenimiento. “Ya estamos hartos de vivir entre promesas y abandono”, concluyen.