PIEDRAS NEGRAS, COAH. – “Piedras Negras ha muerto”, así declaraban los encabezados de los periódicos y revistas en el año de 1954, pues, una terrible inundación, arrasó con todo a su paso ocasionando cuantiosos daños materiales y miles de pérdidas humanas.
“La gran inundación del 28 de junio de 1954 afectó una extensa área comprendida entre Acuña y Del Río, hasta Laredo y Nuevo Laredo, Tamaulipas, pasando por Piedras Negras e Eagle Pass. En Acuña se vivió de manera especial, tomando datos del libro “Acuña en la Historia”, de José Juan Medina, rescatamos que la ciudadanía había sido advertida desde el día 26 y 27 de junio, que el río Bravo presentaría una fuerte avenida, junto con el arroyo “Las Vacas”, menciona uno de los textos.
La inesperada inundación obligó a la población de aquel entonces, a refugiarse en zonas más altas, lo que abrió paso a lo que ahora conocemos como la colonia 28 de Junio, que en honor a aquella tragedia, congeló en el tiempo el suceso llevando por siempre la fecha en el nombre, ya que gracias a la determinación, fuerza y solidaridad, hoy cumplen 68 años de resurgir como el ave Fénix.
Según los registros (la mayoría archivados en la página de Facebook El Piedras Negras que se fue, administrada por el nigropetense Ramón Carrillo), a las 6 de la tarde comenzó a subir el agua y fue solo cuestión de tiempo para que alcanzara niveles de 3 a 5 metros de alturas en algunos lugares.
Las autoridades de gobierno, encabezadas en ese entonces por el Gobernador del Estado Román Cepeda, se movilizaron rápidamente y, de la mano con el presidente municipal Rolando González, llevaron a cabo labores de limpieza en las zonas más afectadas, así como también se realizó la compra de terrenos, como el rancho Fisher, en donde se construyeron las casas para las personas afectadas.
En ese tiempo, las viviendas tenían un costo de 3 mil 750 pesos, aproximadamente y en algunas de más bajo costo, los habitantes pagaban unos 25 pesos por mes, así fue hasta que Juan Lobo Goribar llegó al cargo de presidente municipal y en conjunto con el gobernador Raúl Madero, liberaron de la deuda a los afectados.
Poco a poco se inició con la introducción de los servicios básicos en esta área como luz, agua potable, drenaje y luz, lo que se convertiría en la colonia 28 de Junio, nombre con el cual los pobladores recordarían para siempre el motivo que los hizo llegar hasta ese punto.
CURIOSIDADES:
“La familia Fisher donó el terreno y Mario Moreno Cantinflas regaló gran parte de material para construir en aquel tiempo Casas de Madera, eso lo platicaban los vecinos”.
RECUERDOS Y RELATOS DE LOS AFECTADOS
28 de Junio de 1954
Cayita RB
A mí me contaron una historia mi abuelo paterno coronel Enrique Rodríguez Rodríguez que algunos vecinos del centro (ellos vivían en Morelos y Matamoros) se congregaron en el 2o. Piso de la casa de don Panchito García (calle Morelos) y todos llevaron víveres y ahí estuvieron hasta que bajó el agua. Cuando pudieron salir regresaron a su casa llena de lodo y se vio que los muebles flotaron y muchas cosas inservibles. La marca en la esquina mencionada fue de 1.5 metros. Que la Cruz Roja de EUA apoyó al pueblo y los vacunaron de Difteria y Tétanos. También mi madre me contó que se fueron en un camión enorme de volteo de mi tío Homero Ballesteros que si podía cruzar el agua aún y se fueron cargados de comida y cosas necesarias a la loma ahora el Mirador. Así las historias. Mi suegra me contó que mi esposo tenía 7 meses y rápido fue a una tienda y compró toda la leche PET que había para tener para darle a su bebé. Yo nací después solo sé de esto por las historias descritas. Ojalá no tengamos que vivirlo nunca.
Doris Cerecero
En mi familia nos tocó estar ese día en casa de mis abuelos, por la calle Terán, en el centro, justo donde está ahora el hotel Río, y mi familia no creía que se desbordaría el río, pero si sucedió. Nos salimos mi mamá, papá, mis hermanos, mis abuelos, y un tío, yo tenía 9 años, y cuando salimos el agua les daba a los adultos a la rodilla, a mi hermanita y a mi nos cargaron en hombros, le dimos la vuelta a la calle y llegamos al edificio Montemayor, ahí mi abuelo rompió la puerta y subimos al segundo piso, con alimentos, y recuerdo, una silla para mí abuelita, y después empezó a llega mucha gente, solo recuerdo mucha obscuridad, ruidos donde se caían algunas casa, y gritos de auxilio, espantoso, ahí permanecimos 3 o 4 días, hasta que nos rescataron y nos llevaron a la loma, lo que es ahora colonia 28 de junio;Así contaban los abuelos Juanita Solís y Don Zenón Vélez, debido a los daños a la ciudad que quedó bajo el agua por la inundación provocada por el huracán Alice en 1954, acamparon en carpas en la parte alta de la ciudad esos terrenos fueron comprados por Mario Moreno Cantinflas quien acudió a la colonia, donó y repartió comestibles entre la gente afectada, además de material, láminas y madera, comenzando así a poblar la colonia 28 de junio.
Aida F. Reyes
Mi mamá tenía 12 años, vivía en la calle Fortín, ahora Jalisco, a espaldas de lo que hoy es Salinas y Rocha, antes ahí era una plaza y después estaba ahí el olivo. Me platicaba que el agua llegó hasta la hielería que está a un lado de la Quinta Hotel y mucha gente subió la loma que en ese tiempo le decían la acequia para protegerse y en casa de mis abuelos recibieron a personas para ayudarles. Mi papá tenía 18 años, vivía en la calle Mina donde topa la calle Anáhuac y ellos salieron de su casa, pues llegó el agua arriba de 3 metros en esa parte de Piedras Negras.
Fotos, archivos e información general por Ramón Carrillo y la comunidad de El Piedras Negras que se fue.