PIEDRAS NEGRAS, COAH.- Narra el señor Roberto Pérez Medina, de 55 años y originario de Venezuela, que llegar a Piedras Negras fue una verdadera odisea.
"Presenciamos la muerte y nadie hace nada, somos nada para la gente que dice ser autoridad; es muy difícil tomar la decisión de salir de tu país, más aún cuando el gobierno panameño no hace nada para mejorar. Llegar a los Estados Unidos es una esperanza de cambiar de vida, progreso y estabilidad, sobre todo para la familia" comentó.
Añade, a pesar de todo, que sí hay ayuda en este trayecto.
"Hay personas que dicen llevarte a cierto lugar, nos dejan a 50 kilometros del pueblo más cercano, caminamos seis horas para ver gente que nos dijera donde estábamos".
"Abordamos el tren en Torreón y nos abandonaron por cuatro días sin agua y sin comida; como pudimos, logramos salir de ese lugar y seguimos caminando".
Señala que el grupo de migrantes partió sin rumbo conocido a las nueve de la noche, guiados por las luces de lo que sería la empresa refresquera; posteriormente se incorporaron a la carretera 57 para lograr llegar a Piedras Negras e intentar cruzar a los Estados Unidos.