PIEDRAS NEGRAS, COAH. — "¡Háganle como quieran!" fue la frase que desató la furia de vecinos del fraccionamiento San Carlos, quienes este martes encararon al gerente del Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (SIMAS), Lorenzo Menera, por la falta de agua potable en la zona. La expresión, lanzada de forma tajante y despectiva, encendió los ánimos durante una protesta ciudadana que se desarrolló frente a las oficinas del organismo y la Presidencia Municipal.
Decenas de colonos se concentraron desde temprano para exigir soluciones ante los constantes cortes de agua y la nula presión en sus hogares. La situación, que lleva semanas sin atención efectiva, ha generado inconformidad no solo en San Carlos, sino en diversas colonias de la ciudad donde el desabasto se ha vuelto cotidiano.
La confrontación se tornó tensa cuando Menera, visiblemente incómodo ante los reclamos, desestimó las exigencias ciudadanas con la polémica respuesta que fue captada en video por algunos asistentes y difundida en redes sociales. Para los vecinos, el comentario resume el desprecio con el que el funcionario ha tratado las quejas legítimas de la población.
"La actitud de este señor es inadmisible. No estamos pidiendo un favor, estamos exigiendo un derecho básico: agua potable", expresó una de las manifestantes.
La administración municipal ha prometido desde inicios de año mejoras en la infraestructura hídrica, sin que hasta el momento se vean avances sustantivos. En cambio, persisten las deficiencias en el servicio y la falta de comunicación efectiva con los afectados.
Vecinos acusaron a las autoridades locales de mantener una postura arrogante, cerrada al diálogo y sin voluntad política para atender la emergencia. "Estamos hartos de excusas. No tienen capacidad técnica ni sensibilidad social. Nos están dejando solos", reprochó otro de los inconformes.
La crisis en SIMAS se ha convertido en un foco rojo para la actual administración municipal, que enfrenta una creciente presión ciudadana por su inacción ante el desabasto, mientras sus funcionarios agravan el malestar con frases que, como la de Menera, alimentan la indignación popular.