PIEDRAS NEGRAS, COAH. – Rubén Castillo Juárez, el Pingüino Mayor, es el único de cuatro que queda de lo que fue la exitosa agrupación: Los Pingüinos del Norte, ahora lo acompaña José Morales.
Desde 1960 se le ve caminando y tocando por los pasillos del Mercado Zaragoza, Don Rubén recuerda con nostalgia los momentos que vivió al lado de sus compañeros músicos Hilario Gaytán Moreno, en las vocales y guitarra, Ricardo Escalante, en bajo y voces y Rumel Fuentes, en vocales.
“La música la comencé en Nuevo Laredo en 1950, comencé afinando la guitarra y luego el requinto, luego el bajo sexto, después el tololoche y al último el acordeón, cinco instrumentos sé tocar”, cuenta don Rubén.
Cuenta, que a nivel mundial él es reconocido por su forma de tocar el acordeón.
“Yo estoy en internet, me acaban de hacer un homenaje, un reconocimiento por la trayectoria que tengo en la música, hace tres semanas me lo hicieron”, mencionó con alegría.
Este premio lleva por nombre The Arhoolie Awards, el cual fue grabado por Chris Strachwitz en 1970 y en él, se aprecia a don Rubén al lado de Hilario Gaytán Moreno, guitarrista y vocalista y el bajista Ricardo Escalante.
Los corridos eran el estilo predilecto de Los Pingüinos del Norte, historias populares heroicas sobre personas que son liberales y no temen a la muerte, así lo dijo Rumel Fuentes, integrante de la agrupación, en aquel entonces.
Al recordar todos los momentos que don Rubén pasó al lado de sus entrañables amigos y músicos, dice: “Yo lloré de gusto, por un homenaje que me hicieron en vida, no como a Pedro Infante, Jorge Negrete, Vicente Fernández que se los hacen ya de muertos ¿Para qué? A mí me lo hicieron ahora y me da mucho gusto que me hayan aceptado así la ANDA de Monterrey, de México, de Hollywood y de Nueva York”, menciona.
TODOS LOS TONOS EN UN MISMO ACORDEÓN
Algo que destaca a Don Rubén por sobre los demás acordeonistas, es que, a diferencia de otros que tienen hasta 6 acordeones o más debido a los tonos, él toca todos los tonos en un mismo acordeón.
“Me saqué el primero lugar en el Distrito Federal porque la mayoría de los compañeros músicos tocan muy bien, pero yo se tocar todos los órganos del acordeón y ellos no, muchos no saben tocar más de dos posiciones, y usan 6, 7, 8 acordeones y yo con este toco todas, de cualquier grupo, con un acordeón saco todas las canciones yo”, dice don Rubén.
El Pingüino Mayor se alegra de su gran don, pues menciona que el acordeón tiene todos los tonos, “dicen varios que el acordeón no tiene los tonos esos, si los tiene, los que no tienen los dedos son unos”.
NO LE FALLA AL MERCADO ZARAGOZA
Desde 1960 Don Rubén se ha hecho presente en el icónico Mercado Zaragoza, ubicado en el primer cuadro de la ciudad, un lugar lleno de mexicanidad, tradición, historia y música, en donde resaltan las canciones de Los Pingüinos del Norte.
“Yo casi no fallo aquí al Mercado, mi compañero está poquito malo, venimos nomás de lunes a jueves”, menciona.
Don Rubén platica que en el Mercado Zaragoza le va bien, la gente lo apoya, lo reconoce, incluso han llegado personas de Estados Unidos a entrevistarlo.
“El charrito de California es de Hollywood, vino y me saluda ‘¡Hey Pingüino, mucho gusto de conocerte!’ y así mucha gente”, cuenta con alegría.
BUENAS ANÉCDOTAS
Desde sus inicios en la música, a los 14 años de edad, el Pingüino Mayor ha logrado vivir un sinfín de experiencias satisfactorias, y para Periódico La Voz, nos relata algunas de ellas.
“Duré tres años tocando en el Hotel La Quinta, y luego tres años ya en Acuña; Luego en un salón, y entonces antes nadie andaba arriba, y yo fui el único que grabé, en aquellos años del 63’, 64’ XEG La Ranchera de Monterrey, con eso yo crecí mundialmente”, recuerda don Rubén.
PIONERO DE LA MÚSICA NORTEÑA EN PIEDRAS NEGRAS
“De todos los compañeros ya no queda ni uno, nomás yo”, responde el Pingüino Mayor al ser cuestionado sobre su gran trayectoria artística.
Actualmente existe una nueva generación de músicos, “para mi todos son unos chamacos”, dice don Rubén.
Con más de 62 años como músico, don Rubén ha tenido la oportunidad de compartir sus conocimientos con quienes ahora son reconocidos nacional e internacionalmente.
“Aquí en Eagle Pass más de 20 músicos allá, que son Los Estrellas de Piedras Negras, La Tropa Estrella, que en paz descanse; al que le enseñé a tocar el acordeón, se llamaba Enrique Hernández, me lo llevaba su hermanita Trinidad, ella era la que me lo llevaba a mi casa todos los días a estudiar, el vivía en el Mundo Nuevo”, narra don Rubén.
Otro de los personajes destacados a quien don Rubén transmitió sus conocimientos es Homero Esquivel, actualmente acordeonista de Bobby Pulido y de Joe López y su Grupo Mazz.
“Enseñé también al que tocaba en la Casa Minerva, que se llama Homero Esquivel, Homerín, a él también le enseñé a tocar yo, y ellos se fueron pa’rriba y yo como quiera estoy ahí bien, gracias a mi Padre Dios, como quiera de arriba nomás caen las hojas, ahorita voy a esperar un cheque que me van a mandar de Hollywood, porque ya me avisaron, entonces, ya que más quiero, nomás trabajo para mí”.
UNA TRAGEDIA QUE LE CAMBIÓ LA VIDA
Hace ochos años, don Rubén experimentó una etapa muy dolorosa en su vida, algo que lo marcaría para siempre.
“Mi esposa ya murió, un hijo mío y mis compañeros, los que estamos ahí entre ‘la bola’, ya murieron también los dos, hace ocho años, entonces, en el mismo trayecto quedé sin mi compañero el del tololoche y luego un hijo mío, mi señora y luego el otro compañero; el otro murió cuando yo estaba cumpliendo años, el murió en Houston, en el camino de Houston para acá”, recuerda con tristeza.
Don Rubén afirma estar muy agradecido con Dios, ya que después de este doloroso lapso en su vida, cayó en un profundo pozo de depresión.
“Duré 8 años sin trabajar, me atormenté, porque en un trayecto de tres meses quedé sin compañero, sin esposa y sin hijo, me trastorné, quedé desorientado”, confesó.
RETORNÓ A LA MÚSICA LUEGO DE 8 AÑOS AUSENTE
Gracias al encuentro que tuvo con un compadre suyo, ocurrido en Espinoza, Nuevo León, don Rubén se fue enfocando nuevamente en lo que más le apasiona, la música.
“Le digo ¡compadre, que milagro que nos encontramos!, me dice el ‘compadre, yo no lo vi’, y me dice ‘vamos pa’ Monterrey para que conozcas al ahijado”, dice.
Don Rubén mencionó que el conoció a su ahijado cuando tenía un año.
“El muchacho ya estaba así ¡Grandotote!, yo lo vi cuando lo bauticé, y en ese entonces ya cuando estaba en Monterrey le dije: ‘Compadre ya está oscureciendo, lléveme a la central camionera compadre”.
Al arribar a la central, Don Rubén recuerda que las filas para comprar los boletos eran bastante largas, cada ventanilla estaba repleta de gente, hasta que al fin le tocó su turno de comprar boleto.
“Ya llegué ahí a comprar el boleto, en la primera fila que se me abrió, ahí me metí, ya cuando llegué a la caja dije ‘¿Oye y para donde va este camión?’ Y me dicen ‘para Acapulco’, ¡Deme un boleto! Respondí”.
Con dinero en los bolsillos y desconociendo su destino, don Rubén emprendió un viaje a Acapulco, lugar en donde dice ‘se orientó’.
“Se me pasó lo que sentía yo en el alma y en el corazón”, describe.
Fue entonces cuando el Pingüino Mayor, curado y listo para volver retornó a la música en septiembre de 2021 y hasta la fecha sigue impregnando los pasillos del Mercado Zaragoza con los sonidos que nacen desde su acordeón y que solo él, en toda la región norte de México, ha logrado realizar.
TRIUNFOS:
Morelia, Michoacán.
Tacámbaro, Michoacán.
Nuevo Laredo, en el Parque Lagunita.
Monterrey, Nuevo León.