Piedras Negras, Coahuila.- En un preocupante giro de los acontecimientos, migrantes que intentan cruzar hacia Estados Unidos a través del Río Bravo han denunciado que la Guardia Nacional de Texas les lanza bombas lacrimógenas como medida de contención.
Este uso de gas lacrimógeno, considerado uno de los elementos disuasivos más agresivos, ha generado graves problemas de salud entre quienes buscan refugio y una mejor calidad de vida.
Isabel Turcios, directora del albergue Casa del Migrante Frontera Dogna, ha señalado un aumento alarmante en el número de migrantes lesionados que llegan a sus instalaciones.
"Cada vez son más los afectados por esta circunstancia," afirmó Turcios, enfatizando la gravedad de la situación.
Los síntomas más comunes entre los migrantes incluyen irritación facial, vómitos y ojos hinchados, lo que provoca una evidente irritación ocular y del sistema respiratorio. Entre los problemas reportados se encuentran irritación de los ojos, espasmos en los párpados (blefaroespasmo), lagrimeo, y reacciones cutáneas, especialmente en áreas húmedas. Además, se han observado síntomas más graves como dolor y opresión en el pecho, náuseas, aumento temporal de la presión sanguínea y frecuencia cardíaca.
Actualmente, la Casa del Migrante atiende a aproximadamente 200 personas al día, incluyendo mujeres y niños afectados por las bombas lacrimógenas. El albergue proporciona alimentos y asistencia a quienes sufren las consecuencias de estos ataques, mientras la comunidad internacional observa con preocupación la situación de los migrantes en la frontera.