Es imposible dar trabajo a migrantes porque no se puede confiar en ellos, señala Lourdes comerciante local.
Indicó que casi a diario llegan migrantes a su local, ubicado en el centro de la ciudad, solicitando trabajo, pero al carecer de papeles de residencia en México, no pueden proporcionales mercancías para venta.
Su negocio distribuye helados y manzanas cubiertas para que el vendedor interesado lo ofrezca en la calle, por ello requieren de datos fidedignos de las personas, ya que al final del día debe regresar el sobrante.
“En el caso de un migrante, no podríamos confiar en que regresarán, por ello no podemos soltarle mercancía”, dijo la entrevistada.
Es riesgoso para el empleador, añadió, el involucrar a un migrante ilegal en algún trabajo, aunque sea de manera informal, pues su estancia es de paso y en cualquier momento puede irse de la localidad sin responder por la mercancía que se le confió.
