Una fila que daba más de dos vueltas a la cuadra del salón SUTERM, fue el claro ejemplo de la enorme demanda de vacunas, que una vez más fueron insuficientes.
Se trató de la primera dosis para 1500 personas de 40 a 49 años que abarrotaron los lugares desde la madrugada.
Los que no alcanzaron dosis se registraron para una nueva brigada, para la que aún no se tiene fecha.
El registro se hizo en hojas de cuaderno sin folio, sobre una mesa redonda instalada en las afueras del recinto, a pleno sol de mediodía.
El desorden
Poco antes del mediodía, las filas se mantenían. Había gran cantidad de foráneos -según se pudo constatar-, quienes habían recibido la instrucción de que se les aplicaría la vacuna hasta mediodía porque ‘‘la prioridad eran ciudadanos de Piedras Negras.’’
Bajo el sol de las 12 se empezó a correr la voz: ¡se acabaron las vacunas!
Esto significó que cientos de personas, entre ellos los que ya se habían registrado para esta campaña y foráneos se quedaron sin dosis, molestos por la Pérdida de tiempo.
Al inicio de las filas hubo gritos, empujones y personas que no respetaron su lugar, pese a la vigilancia de la Guardia Nacional.
Otra de las quejas que hicieron los asistentes es que Servidores de la Nación manejaron las vacunas con favoritismos.
Los que sí recibieron prioridad, fueron las embarazadas y personas con discapacidad.
