El beisbol es una cumbre de jugadas, estrategias y emociones que siempre serán de diferentes satisfacciones, así es como vive su vida dentro del deporte Danielín Acevedo Brito, de 36 años originario de la provincia en Puerto Plata, Republica Dominicana.
Hablar de Danielín, no solo es evocar el triunfo sobre el deporte, sino una vida llena de sacrificios, donde a la edad de los 10 años, empezó por dedicación propia a jugar pelota, buscaba llevar una vida sana, escogió jugar beisbol por sus facultades físicas que lo hicieron un deportista nato.
Fue hasta los 16 años que Acevedo comenzó a intensificar sus entrenamientos, con ello tomó la decisión de ser jugador profesional.
¿Dónde inició el profesionalismo para Danielín?
El inicio de todo fue en el año de 1999, fui firmado por los Phillies de Philadelphia donde solo participé una temporada, después fui dado de baja por bajo rendimiento debido a una lesión que tuve en mi codo derecho.
¿Qué sacrificios hiciste para llegar a tu sueño?
Pues todo llegó a base de mucho esfuerzo y dedicación, tuve que alejarme de mi familia, ya que en el pueblo de donde yo soy las condiciones no estaban tan avanzadas, tuve que irme joven a otro lado para poder entrenar con mejores entrenadores y ponerme en vista de los cazatalentos.
¿Tuviste el apoyo de tus padres, al tomar la decisión de irte y que tan difícil fue?
En mi familia siempre me dejaron tomar mis decisiones, fue lo que yo escogí y ellos estuvieron ahí para apoyarme, fue muy complicado alejarme de ellos ya que uno está acostumbrado a estar cerca de los que más amamos.
¿Qué sucedió después de la lesión?
Luego de haber estado en 1999 solo una temporada con los Phillies, más adelante tuve una firma con los Atléticos de Oakland, donde fue mi desarrollo total y aprendí a jugar, donde destaqué y me desarrollé como una gran persona.
¿Qué sensaciones tuviste en tus primeras salidas?
Siempre lo he dicho en tus primeras salidas como jugador profesional, no sientes esas mariposas en el estómago no tienes la sangre de un atleta para estar en el diamante, siempre tuve muchos nervios, pero eso con el paso de dos o tres lanzamientos se iba controlando para hacer un buen papel.
¿Cómo era el papel de Danielín, que lanzamientos usaba para dominar?
Siempre me identificaron como un lanzador de fuerza, ya que lo más que pude lanzar fueron rectas de 97 millas, pero además mi arma mortal era un split que la usaba en especial con lanzadores zurdos para buscar el ponche.
¿Después del paso de los años, como llegó la decisión del retiro?
La decisión llegó después de tantas lesiones en mi brazo, mermaron mi carrera como jugador, fue muy difícil, ya que amo este deporte y yo creo que para cualquiera no es fácil tomar estas decisiones, entonces después de todo lo aprendido, el deporte me premió permitiéndome quedarme como coach y enseñar lo que se.
¿Cuándo inicia la carrera como coach?
En 2007 inicié en la sucursal de República Dominicana para los Merineros de Seattle con los futuros talentos de las mayores, ahí estuve por más 8 años trabajando.
¿Cómo llegas a los Acereros de Monclova?
Cuando fui dado de baja por los Marineros de Seattle como coach en sucursales, yo vine a México por que buscaba seguir trabajando, un amigo de los Tigres de Detroit, me pasó el contacto de Sergio Atwell Director de la Liga de Desarrollo, el me ofreció coordinar la liga de picheo a finales del 2018 y después llegó la oportunidad de estar con el equipo grande, fue así como llegue a los Acereros.
¿Cuáles han sido tus mayores logros en lo profesional?
Mi mayor de todos es que desde lo profesional he podido ayudar a todos mis seres queridos más cercanos, especialmente a mi madre e hijos, pero sin duda el más especial fue haber sido parte del campeonato de Acereros de Monclova una experiencia muy linda que jamás olvidare.
¿Qué sensaciones tuviste al ser parte de una historia de 45 años en Acereros?
Se siente algo muy especial, algo que no se puede terminar de explicar con palabras, una historia grandiosa, una sequía de 45 años que finalmente se rompió y se convirtió en una satisfacción tan anhelada por la ciudad.
“Finalmente de todo esto le doy gracias Dios por haberme puesto en este camino, esta profesión, agradecido infinitamente con mi familia, amigos por apoyarme y alentarme en mis decisiones, por último, a todos los fanáticos que estuvieron a diario apoyándonos y dándonos soporte en todos los momentos buenos y malos, a seguir celebrando este campeonato”.