El boxeador puertorriqueño, Félix "Diamante" Verdejo está en el ojo del huracán, luego de ser acusado del asesinato de una mujer de 27 años.
Fue el propio boxeador el que se entregó a las autoridades federales en Puerto Rico el domingo, tras la aparición del cadáver de Keishla Marlen Rodríguez, amante de Verdejo, en la laguna San José en la capital puertorriqueña.
Verdejo, con récord profesional de 27-2 y 17 KO's, enfrentaría tres cargos federales: secuestro que resultó en la muerte de Rodríguez Ortiz, robo de auto y el asesinato de un menor por nacer.
La víctima estaba embarazada del púgil puertorriqueño, que sigue detenido sin derecho a fienza y podría enfrentar la pena de muerte.
El FBI dijo que un testigo de primera cooperó con ellos para la detención del pugilista.
Esa misma persona confirmó que el martes 27 de abril, Verdejo "lo contactó" para solicitarle ayuda para "terminar" con el embarazo de Rodríguez Ortiz, quien según reveló la familia, mantenía una relación de 11 años con Verdejo. Cabe recalcar que el boricua está casado con Eliz Marie Santiago Sierra, quien también fue cuestionada por las autoridades.
Luego, el 29 de abril, el boxeador contactó a la víctima y "arregló" para encontrarse cerca de la residencia de ella. Verdejo y el testigo se dirigieron a la reunión en una Dodge Durango negra, que fue incautada el sábado por las autoridades luego de ser captada por cámaras de seguridad en la escena del crimen.
De acuerdo al documento oficial suministrado por el FBI, la víctima llegó a la determinada reunión en un vehículo Kia Forte color gris. Fue entonces cuando subió al coche de Verdejo.
Seguido de una conversación, Verdejo golpeó a la fémina en el rostro y luego procedió a drogarla. Después, Verdejo y el testigo amarraron a la mujer con un cable y la ataron de un bloque. Se dirigieron al reconocido puente Teodoro Moscoso, en San Juan, y la lanzaron al agua, no sin antes Verdejo dispararle con un arma de fuego.
Top Rank, empresa que promueve al boxeador, afirmó que estaban monitoreando la situación y se sentían perturbados con los acontecimientos.