Buffalo se vistió de blanco este domingo y fue testigo de una actuación dominante de los Bills, quienes arrollaron 35-10 a los San Francisco 49ers en el Highmark Stadium. La victoria no solo consolidó su liderato, sino que también les aseguró el título de la División Este de la AFC con cinco jornadas aún por disputar en la temporada regular de la NFL.
El equipo de Buffalo, acostumbrado a las duras condiciones climáticas, no mostró piedad contra unos 49ers diezmados por las ausencias de estrellas clave como Trent Williams, Nick Bosa y Dre Greenlaw. Además, la noche empeoró para San Francisco cuando Christian McCaffrey tuvo que abandonar el campo por una lesión de rodilla.
La figura indiscutible fue el quarterback Josh Allen, quien brilló en una noche completamente nevada. Allen lanzó para 148 yardas, completando 13 de 17 pases, con un pase de anotación a Mack Hollins. Además, sumó un touchdown terrestre y otro mediante una recepción, demostrando su versatilidad y liderazgo. El ataque terrestre de los Bills también destacó, con James Cook corriendo para 107 yardas y un touchdown, complementado por Ray Davis.
Los 49ers lograron adelantarse temprano en el marcador con un gol de campo de Jake Moody, pero fue lo único destacable en una noche que pronto se convirtió en un monólogo de los locales. Buffalo respondió con 28 puntos consecutivos, sellando una actuación impecable tanto en ofensiva como en defensiva.
Brock Purdy, quarterback de los 49ers, tuvo una actuación discreta con solo 94 yardas lanzadas, sin anotaciones ni interceptaciones. El único touchdown de San Francisco llegó tarde, cortesía de Isaac Guerendo, cuando el partido ya estaba decidido.
Con esta victoria, los Bills mejoraron su récord a 10-2 y reafirmaron su condición de favoritos para la postemporada. Mientras tanto, los 49ers enfrentan su tercera derrota consecutiva, cayendo a un preocupante 5-7.
Buffalo celebró bajo la nieve, dejando claro que están listos para enfrentar cualquier desafío mientras apuntan al Super Bowl.