GUADALAJARA, JAL.- Carlos Hermosillo (24 de agosto de 1964, Cerro Azul, Veracruz), es uno de los mejores goleadores mexicanos en la historia del futbol mexicano, y al cumplir hoy 56 años de edad su destacada trayectoria sigue vigente, pero sin estar alejado de claroscuros como en su paso por Chivas.
El nombre del ex delantero está ubicado entre los grandes goleadores del balompié nacional al ser el segundo mejor artillero en la Liga MX con 294 anotaciones, detrás de Evanivaldo Castro Cabinho con 312. Además, es el máximo goleador en la historia del Cruz Azul con 169.
Si la carrera del apodado “Grandote de Cerro Azul” fue cuestionada en un inicio por considerarlo un jugador poco técnico y que solamente aprovechaba sus 1.88 metros de estatura para rematar de cabeza, en la recta final de su actividad en la cancha no se libró de las críticas al concluir con la camiseta del Guadalajara, tomando en cuenta que era considerado un emblema americanista.
Hermosillo ya había logrado prácticamente todo como futbolista cuando decidió integrarse al Rebaño para el Verano 2001.
Ya había ganado 5 títulos de Liga con América (83-84, 84-85, Prode 85, 87-88 y 88-89) y 2 Campeón de Campeones, 1 campeonato de Liga, 1 Copa MX, y 3 títulos de goleo con Cruz Azul (Invierno 97), y 1 título de Liga con Necaxa.
Además, había participado en los Mundiales de México 86 y Estados Unidos 94, y había jugado en el Standard de Lieja en Bélgica y el Galaxy de Los Ángeles de la MLS.
Lo único que le quedaba pendiente a Hermosillo era por lo menos alcanzar y después superar a Cabinho como máximo goleador del futbol mexicano.
Aparte de llegar en aquel entonces con 35 años, con su condición física mermada, también tuvo el punto en contra de integrarse a un equipo que atravesaba por una crisis futbolística y con un plantel que no contaba con los mejores jugadores, algunos también eran veteranos como Alberto Coyote, Benjamín Galindo, y Lupillo Castañeda.
Hermosillo había sido el sueño eterno de la Promotora Deportiva Guadalajara cuando empezaron a formar a las Súper Chivas en 1993, pero el precio del delantero cada vez era más inalcanzable, y fue en 1998 cuando estuvieron a una firma de lograrlo, pero al final no hubo arreglo y es cuando el entonces presidente rojiblanco Salvador Martínez Garza se decidió por Ricardo Peláez para hacer pareja con Luis García en el ataque.
Nadie imaginaba que el anhelo de contar con el gran artillero se cumpliría 3 años después, pero ya sin la contundencia de antaño.
Hermosillo poco pudo hacer para evitar un pésimo torneo en el que Jesús Bracamontes fue despedido como técnico, y en el que fue cubierto por 3 partidos por Jorge Dávalos, y después con Óscar Ruggeri.
Fueron los tiempos en los que con su experiencia aportó para cobijar al joven Omar Bravo, quien debutó en el Verano 2001.
El veracruzano se quedó un torneo más, y en total solo anotó 8 goles en las 2 temporadas en las que estuvo por lo que no le fue suficiente para igualar la marca de Cabinho.
Su adiós del Rebaño a finales del Invierno 2001 estuvo salpicada por la polémica, ya que ventiló que en ningún equipo de los que había estado en su carrera le habían retrasado tanto el pago de su sueldo, culpando en específico al vicepresidente Luis Miguel Tinoco por no responderle las llamadas.
Así terminó Carlos Hermosillo su trayectoria en la cancha.