Lo mejor del
beisbol se vivió en las
gradas del horno más grande de México cuando un aficionado vio a un niño con una cachucha la cual tenía el logo de
Acereros hecho con una marcador; el joven sin pesarlo se llevó a la niño al tienda del equipo y le compró una gorra oficial y una camisola: minutos después el menor posando para la foto llorando de felicidad.