En un encontronazo digno de una final, los Padres se proclamaron campeones por la categoría Junior de la Liga de Béisbol Furiazul, tras vencer por apretada pizarra de 2-0 a los Blue Jays en el tercer y decisivo juego de la serie final.
El diamante del Parque Xochipilli fue escenario de un duelazo de pitcheo. Brando Pérez subió a la lomita con la misión de darle la gloria a los Padres, y lo logró con una actuación brillante. Durante 7 entradas completas, el as de los Padres no permitió carrera, aceptó apenas 3 hits, otorgó 2 boletos y dejó petrificados a 15 bateadores, puliendo una joya monticular que valió el campeonato.
Enfrente tuvo a un sólido Martín Estrada, quien trabajó durante 6 episodios en los que permitió 2 carreras limpias, recibió 5 imparables, concedió 5 boletos y ponchó a 4 rivales, pero terminó siendo condenado a la derrota por la falta de respaldo ofensivo.
El ataque de los Padres fue oportuno, más que abundante. En el segundo inning, Abel Wong abrió el camino al anotar la carrera de la quiniela, tras ser impulsado por un doblete de Santiago Galarza. La segunda y definitiva rayita llegó en el cuarto capítulo, cuando Brayan Mireles remolcó a Wong con un sencillo al central, colocando el score final de 2-0.
Mireles terminó siendo el bateador más encendido de los Padres, al pegar con 2 hits en 3 turnos, a la vez que por los Azulejos destacó Dominic Aguirre, también con marca de 3-2.
Cuando el último out cayó, el dugout de Padres estalló en júbilo. Cachuchas al aire, abrazos, sonrisas y gritos que celebraban, más que un triunfo, la culminación de meses de esfuerzo, disciplina y unión.
