Al mismo tiempo,
Agustín Marchesín observó que, a su entender, uno de los jugadores de
Cruz Azul aprovechó para golpear a
Guido Rodríguez.
Ante esto, salió disparado, junto con
Aguilera a reclamar al árbitro por el encontronazo. Después se acercó al cuarto silbante para recriminarle la jugada, dejando incluso su portería aunque el partido aún se jugaba.
Al estar junto a la banca de
Cruz Azul, el preparador de la Máquina le hace la seña de que se vaya a su portería y no les reclame a ellos.
Al final del juego él va a encarar al preparador y es cuando todos se meten para que no llegue él.
Marchesín aumentó su molestia y la llegada del cancerbero celeste Jesús Corona encendió nuevamente los ánimos, así como la intervención de otros jugadores.
Los cuerpos técnicos buscaron apagar los ánimos, pero en el camino también tuvieron algunos roces con sus homólogos.