SAN FRANCISCO.- Clayton Kershaw recetó cuatro ponches a lo largo de seis entradas en blanco, y los Dodgers de Los Ángeles vapulearon el jueves 7-0 a los Gigantes de San Francisco en el primer duelo de una doble cartelera.
La doble función se hizo necesaria, un día después de que ambos clubes decidieron que no jugarían, como una protesta contra la injusticia racial y los abusos policiales. Kershaw aprovechó la ocasión para manifestar apoyo a sus compañeros de raza negra.
“El que los chicos se mantengan unidos y decidan no disputar un encuentro de las mayores es algo grande”, consideró el manager Dave Roberts antes del primero de dos duelos reducidos a siete innings.
AJ Pollock bateó un jonrón de dos carreras, y el astro Mookie Betts llegó a 1.000 hits, en su juego número 824 dentro de las Grandes Ligas, al aportar un sencillo en el sexto episodio. Se recuperó la pelota, para autenticarla y guardarla como reliquia en una caja protectora.
Y Betts estuvo cerca de no jugar. Inicialmente, tenía previsto ausentarse en señal de protesta. Cambió de opinión luego de hablar con Roberts el miércoles por la noche.
Kershaw (4-1) ganó su tercera apertura consecutiva y vengó una derrota sufrida ante los Gigantes el 8 de agosto. Una noche antes, se pronunció sobre el tema racial.
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“Como un jugador blanco en este equipo, ¿cuál es la forma en la que muestras apoyo? ¿Qué es algo tangible que podamos hacer para ayudar a nuestros hermanos negros en este equipo?”, dijo Kershaw al respaldar la posibilidad de que Betts no jugara el miércoles. “Una vez que Mookie dijo que no jugaría, eso realmente abrió nuestra conversación como equipo, acerca de lo que podíamos hacer para respaldarlo”.