El Monterrey levantó su título número 5 en la Liga MX. Rayados se sobrepuso a un 2-0 ante el América en la Final de vuelta y se proclamó campeón del Apertura 2019 con un marcador global de 4-2 en los penales.
Esta vez no hubo hazaña, se quedó cerca América de lograr otra gesta, pero el error de Jorge Sánchez golpeó la moral del equipo. No pudo reponerse del gol de Rogelio Funes Mori que empató el global y en los tiempos extra tampoco tuvo el empaque para mostrar el juego que exhibió en el primer tiempo. Tuvo su ocasión en los últimos minutos del tiempo extra, pero Marcelo Barovero tapó el tiro de Giovani. Y en los penales la suerte no acompañó a las Águilas, las fallas de Nicolás Castillo y Guido Rodríguez condenaron al América. Barovero le tapó el tiro al andino y Rodríguez voló la pelota. Rayados encontró la gloria en un escenario hostil, supo manejarse de la mejor manera y acabó más completo, y desde el punto penal tuvo la sangre fría que demandan los campeones.
Acabó con ese mito de que el Azteca es un campo que le pese, Leonel Vangioni fue el autor del último cobró que borró la decepción de las últimas dos finales. Que mejor que coronarse en un campo como el Coloso de Santa Úrsula, algo que Tigres no pudo hacer hace cinco años. Monterrey es el nuevo rey del futbol mexicano con toda justicia. Fue un juego al que América salió con la sangre caliente, fue un volcán desde que vio el recibimiento de su gente, y cuando empezó el partido lo hizo con las pulsaciones aceleradas. Convencido de que tenía los argumentos para remontar la ventaja que traía Rayados, no le concedió tregua a los regiomontanos. Impuso su ley de inmediato, gobernó la posesión y se impuso en los duelos individuales, sobre todo en las bandas donde Renato Ibarra y Roger Martínez causaron mucho daño, más el ecuatoriano al que Leonel Vangioni solo le veía el número. Una jugada de Ibarra que se asoció con Federico Viñas hizo explotar la grada, el charrúa controló el área, cubrió la pelota y fue buscando el momento para disparar, cuando lo hizo, sacó un tiro que pegó en el palo y besó las redes. El lance de Barovero fue inútil.
En cinco minutos, América ya había anulado el gol al que trataría de aferrarse Monterrrey. Vino la fase en la que las Águilas se dosificaron, pero mantenían el control del juego, no daban tregua y Rayados hacía su esfuerzo por ponerle hielo al ímpetu amarillo. Apenas y se acercaba el conjunto del Mohamed al área de Guillermo Ochoa. Hasta el minuto 21 un centro de Layún fue rematado por Funes Mori, pero la bola salió a la posición de Ochoa. Entonces vino la emoción del VAR, porque Roger marcó el segundo, pero la acción fue revisada y se encontró una mano de Richard en medio campo. Respiró el Turco y todo Monterrey. Renato se marchó porque los problemas musculares volvieron a aparecer. Benedetti entró en su lugar y el cambio le funcionó al Piojo. América había entendido que el juego por fuera era la ruta para causar daño y justo antes del medio tiempo, el volante colombiano explotó la banda, desbordó y mandó un centro que la defensa rechazó, pero la bola le cayó a Richard, el paraguayo mostró sangre fría, en lugar de sacar un zapatazo, se acomodó para golpear la bola y la puso pegada al palo; otra vez Barovero se estiró de manera inútil.
Las Águilas tenían contra las cuerdas a Rayados, que en el primer tiempo sucumbieron ante el ímpetu americanista y la atmósfera del Azteca. Mohamed estaba obligado a reaccionar, debía asumir riesgos y quedar expuesto, si no lo hacía el título se le iba a ir de las manos. Para el complemento mandó a Janssen en lugar de Pizarro, muy errático en la creación de juego. América se paró con mucho orden, esperando el momento para lanzar un ataque que sentenciara a Rayados. Las áreas carecieron de emoción, porque se disputó más en medio campo, sin alguien que dominara, pero eso le convenía a los azulcrema.
Parecía todo controlado, pero Sánchez no logró despejar una pelota que controló Pabón y asistió a Funes Mori para que el argentino la empujara y empatara el global. Era el momento de Rayados porque América ya no encontraba profundidad con Benedetti y Roger. Sin más, el juego se fue al alargue. Y en los penales Rayados tuvo más sangre fría desde los once pasos. El equipo viajará esta madrugada a Nuevo León y se espera que mañana tengan un desfile rumbo al Estadio BBVA, donde celebrarán con su afición.