MONCLOVA, COAH.– Un habitante de la colonia El Campanario descubrió de la peor manera que no es buena idea mezclar alcohol, orgullo herido y una pared mal construida. Félix Monreal, de 53 años, terminó aplastado —literalmente— por su propia barda, luego de intentar colarse a su casa tras una larga noche de parranda y con la esposa evidentemente más cerrada que la puerta de entrada.
Los hechos ocurrieron durante la madrugada en la calle Apóstol Santiago de la colonia Campanario, donde don Félix, aún con los efectos del buen ambiente encima, regresó a su hogar solo para toparse con la fría realidad: la puerta principal cerrada y su señora más fría todavía. Sin acceso al perdón ni al sofá, nuestro protagonista decidió que lo más lógico era escalar la barda. Total, ¿qué podría salir mal?
Spoiler: todo.
La estructura, al parecer tan débil como la relación conyugal en ese momento, no aguantó el peso del amor (ni del mezcal) y terminó por derrumbarse, dejando a Félix bajo un montón de concreto, tierra y arrepentimiento.
Al lugar acudieron los paramédicos de ARUMPH, quienes tras confirmar que seguía vivo —y probablemente avergonzado— le brindaron atención por lesiones en la espalda que, por suerte, no ameritaron traslado a un hospital. El orgullo, en cambio, quedó gravemente fracturado.
Testigos relataron entre risas nerviosas que el hombre se encontraba visiblemente alcoholizado y que, tras el desastre, su esposa finalmente le abrió la puerta. Aunque esta vez, sin duda, entró con menos dignidad que con la que salió.
Una vez más, Monclova nos enseña que no hay muro más peligroso que el del coraje de una esposa... y que si la puerta está cerrada, quizá dormir en el coche no suena tan mal después de todo.
