Al respecto, añadió que la felicidad no es la única emoción existente y el problema aparece cuando se cree que ésta debe permear todo.
“Si aceptamos que somos individuos que cometemos errores, al momento de concretar o de comparar lo que hicimos y lo que no, aceptaremos todo con mayor facilidad”, concluyó.
Las emociones negativas pueden ser transitorias, pero cuando la afectación llegan a un nivel en que modifica la vida cotidiana, se debe acudir con un médico que evalúe la situación.
“Las personas pueden pensar que es normal estar triste en invierno, pero si esta tristeza persiste sin razón aparente y afecta el funcionamiento personal, laboral, familiar y/o social, entonces debe buscarse ayuda profesional. Las personas con depresión no disfrutan casi nada, se aíslan, no tienen motivación para hacer sus labores diarias”, señaló Carmen Ayza, directora Médica Regional para México, Centroamérica y Región Andina en Lundbeck.
Presentan también muchas veces, alteraciones de sueño, de apetito y peso, están irritables y en general, se encuentran incapacitados en muchas áreas de su vida cotidiana.
“La depresión no es un estado de ánimo, es una enfermedad y no es cuestión de falta de voluntad, si nos sentimos mal debemos recurrir a ayuda profesional, y seguir el tratamiento adecuado”, agregó la especialista.