Luca, uno de los gatos de Matt y Alexa, una pareja de Rhode Island, se había quedado atrapado detrás de una pared sin que sus dueños supieran si quiera qué había pasado con él.
La pareja se dio cuenta de que su preciada mascota había desaparecido y pronto se dieron cuenta de que se había quedado atrapada en una pared gracias a que escucharon un leve maullido en una de las habitaciones de la casa.
Las labores de rescate se pusieron manos a la obra y, tras localizar el punto desde donde se escuchaban los maullidos, Matt se puso a agujerear la placa de yeso de la pared para liberar al animal de su trampa.