Celebran el Día de los Santos recordando a sus seres queridos y llevándoles flores, juguetes o comidas preferidas, a pesar de los años, siguen fieles a acompañarlos en su última morada.
En la familia González Aguilar son 11 hermanos y en total 30 personas contando a las parejas, hijos y nietos, quienes siguen la tradición y se sientan a los lados de la tumba con las velas y flores amarillas.
“Venimos a dejarles sus florecitas y a decirle que no los olvidamos”, dijo María de los Ángeles Guillen.
Rosa María González Aguilar, Estela, González Aguilar y Carlos Cortés González, acudieron a limpiar el lugar que ocuparán durante estos dos días.
Tienen enterrados a sus papás Luis González Calderón y Ramona Aguilar Rodarte, quienes fallecieron por un infarto y embolia respectivamente, también están sepultados los nietos Edgar Cortés González y Brandon Alfaro Chacón, murieron por reacción a vacunas y problemas renales.
“Mi mamá nos acostumbró a vivir la festividad mexicana desde el día primero, nos íbamos hasta las siete de la tarde que nos corrían y volvemos al día siguiente para estar un día más. Mis hermanos vienen de Dallas, Texas, Saltillo y de otros lugares del país”.
Desde hace 60 años, la señora María de Jesús Campos visita la tumba de su hijo José Manuel Treviño Campos, quien junto a otros cuatro niños de 7 y 8 años perdieron la vida al ser embestidos por un automovilista en estado de ebriedad.
“El 23 de julio me pidió permiso para irse a bañar a la sequía con otro primos hermanos, vecinos y muchachas, lo dejé ir y ocurrió la desgracia, estaban sentaditos comiendo caña y un conductor los arrolló por andar tomado. Yo estaba embarazada y quise ir a ver donde ocurrió el accidente y no me dejaron”.
“Espero que todos se vean como hermanos donde estén”, dijo María de Jesús Campos.
Agradece que muchas personas acudan para ver a los niños ya que a sus 86 años le es difícil estar parada o sentada, requiere ayuda de sus familiares. “Les agradezco de corazón que visiten a estos niños, no los hago menos porque todos se fueron juntos”.
Hace las cruces que va a poner cada año con sus propias manos, se tarde unos días porque su mano derecha no puede moverla y la otra está dañada por tantas caídas que ha tenido, pero siempre acude a visitarlos.
La señora María de loa Ángeles Guillen Juárez, visitó a su bisnieto Juan Jesús, quien nació a los ocho meses de forma prematura y por complicaciones de salud falleció.
“Para que no se nos olvide que aquí están, pasó hace mucho tiempo, pero siempre los tenemos presentes. Su mamá también está triste, ya no volvió a tener familia, ya no pudo. Uno nomás viene a dejarle la florecita y arreglarle su morada, ¿qué más hacemos?”.
Acompañada de su esposo, recordaron a sus difuntos mientras pueden ya que ahí también está enterrado otro bisnieto por parte de su hijo, la tumba está adornada con luchadores y autos de juguetes. Al terminar, los esposos visitarían otra tumba para continuar con la tradición.
