La policía francesa lanzó gas lacrimógeno y usó cañones de agua el sábado en París para dispersar a los manifestantes enojados por el alza del combustible y las políticas económicas del presidente Emmanuel Macron, en el segundo fin de semana de las protestas de los "chalecos amarillos".
Varios cientos de manifestantes se reunieron en los Campos Elíseos, donde seenfrentaron a la policía desplegada para evitar que llegaran al cercano Palacio presidencial.