Después de pasar seis meses en prisión, Santos Ismael “M”, acusado del delito de feminicidio en grado de tentativa al clavarle en 10 ocasiones unas tijeras a su expareja asumió su responsabilidad, por lo que quedó en libertad con vigilancia.
A las nueve de la mañana, el acusado compareció ante el Juez Abraham Rodríguez para solicitar un proceso abreviado al asumir la responsabilidad del delito que se le acusa para recibir el castigo que establece la ley.
Santos era acusado del delito de feminicidio en grado de tentativa, al agredir a su ex pareja Yiomara de 17 años con unas tijeras, ocasionándole lesiones en diferentes partes del cuerpo, sin embargo, ninguna considerada de gravedad.
Los hechos sucedieron en Ocampo el pasado 24 de junio, cuando la víctima cansada de la vida de violencia junto a su pareja decidió abandonarlo, sin embargo, le pidió que fuera a recoger sus cosas de lo contrario iba a tirarlas a la basura.
Cuando la víctima acudió al domicilio fue agredida verbalmente por su pareja, quien la amenazó de muerte y posteriormente comenzó a clavarle unas tijeras en diferentes partes del cuerpo, entre ellas tórax, cuello, brazos y espalda.
Gracias a la intervención de un hermano de la víctima interrumpió la agresión, por lo que solicitaron la colaboración de las autoridades quienes lograron la detención del acusado mientras que la víctima fue trasladada al hospital.
El acusado quedó a disposición del Juez, quien decretó el auto de vinculación a proceso en su contra, por lo que fue trasladado al penal de Saltillo donde permaneció internado por seis meses, donde reflexionó por el delito que cometió, por lo que decidió asumir su responsabilidad.
El Juez decretó que existían pruebas suficientes contra el acusado, por lo que dictó una sentencia de seis años con seis meses de prisión conforme lo establecido por la ley que es de tres cuartos de la mínima que son 20 años.
Sin embargo, al ser considerada una pena menor, el acusado podría cubrirá en libertad solamente evitando acercarse a la víctima, tener cualquier comunicación con ella, además de cumplir con reparación del daño y multa.
Al escuchar la sentencia, el acusado rompió en llanto, pues nuevamente recuperaría su libertad y regresaría con su familia.
