DORA ISELA DE LA CRUZ / LA VOZ
SABINAS, COAH.- Pasan de la alegría a la tristeza, de la ira a la paciencia, de la melancolía a la manía, del enojo al amor entre otros comportamientos polarizados, los cuales finalmente terminan con algunas relaciones ya sean de trabajo o personales, las personas sufren de bipolaridad inconscientemente, no se percatan de sus cambios mientras quienes están a su alrededor sufren, también.
Gilberto N. ya se ha casado dos veces y en ambos casos terminó sus relaciones por sus extremos cambios en su conducta, mientras decía a su esposa que la amaba pasando unas horas le recriminaba por cualquier cosa insultaba y gritaba, y así sucedió con su segunda relación, sus parejas no soportaron los estados de ánimo y lo abandonaron.
Félix Mondragón trata problemas de conducta y bipolares desde la psicología humanista.
En el trabajo ha sido lo mismo sufre porque no tiene empleos duraderos, no logra congeniar con sus compañeros de trabajo, inconscientemente los hace blanco de su ira, enojo o tristeza y la mayoría opta por alejarse.
Esto causa un conflicto que agrava sus emociones y las polariza aún más, porque en soledad sufre por no poder tener relaciones efectivas, entre las crisis ha pensado en buscar ayuda, en su intento por mejorar se metió a una religión sin embargo no ha habido mucho cambio.
Félix Mondragón es un psicoterapeuta del Centro Cultural Lili y Edilberto Montemayor Seguy, sostiene que las terapias que ahí brindan a personas con problemas de conducta o psicológicos, están basados en la Psicología Humanista, de la escuela de la Gestalt en donde nombran el problema de bipolaridad como polaridad.
Básicamente se trata de un modo de relacionarse con los demás, y los polos son dos formas de ser que están en conflicto y en ocasiones son aprendidas de la infancia, los padres que golpean y a la vez son amorosos.
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Las personas crecen con este conflicto entre dos formas de ser, una colérico y rígido y en otra amoroso y alegre, desde su infancia el niño se desconcierta, sin embargo aprende así, a estos comportamientos se agregan diversas combinaciones triste-alegre, colérico-paciente, enojado-amoroso.
Los bipolares pasan del enojo a la alegría y viceversa, tienen emociones polares.
En la infancia no hay problema con los cambios de comportamiento, porque es parte de esa etapa que los niños se peleen y se contenten casi inmediatamente, el conflicto se agrava cuando lo llevan a la edad adulta.
El primer paso para tratar de moderar el comportamiento es aceptar que lo tenemos, que tenemos cólera, ira o cualquier otro comportamiento destructivo y eso es normal porque todas las personas sentimos en algún momento cólera, ira, enojo o tristeza, aceptar que simplemente sucede, la terapia es para aprender a controlar las emociones, hacerlas consientes, porque en la mayoría de los casos la persona actúa inconscientemente, para así poder controlarlas.
Los números de la bipolaridad en México.
El aprendizaje y las experiencias vividas juegan un papel muy importante en este trastorno y también en la terapia, se trata de que las personas vivan el aquí y el ahora con sus emociones, aprendan a vivir con ellas y moderarlas cuando se exacerban.
En estas terapias aclaró Félix Mondragón no se utilizan fármacos, pues en esos casos la persona que padece de este trastorno de la personalidad, tendría que acudir a un psiquiatra.
Este trastorno no es nuevo, ya desde el año 400 AC. Hipócrates hizo una conexión entre la melancolía y la manía, más tarde en 1583 un autor chino Gao Lion, hizo la primera distinción por escrito del trastorno.
En 1686 Bonet Thopile, vinculó la melancolía y la manía como una condición “manico-melancolicus”, en 1949 el doctor John Cade descubrió el primer tratamiento farmacológico a base de Litio.
La terapia ayuda a las personas que sufren el trastorno y a su familia.
En la década de 1950 Karl Leonhard utiliza el término “bipolar” y marcó la diferencia entre la depresión y el trastorno bipolar.
Conjuntamente con estos descubrimientos se ha podido saber que varias personas prominentes de la historia lo han padecido, estadistas como Abraham Lincoln, Winston Churchill y Theodore Roosevelt sufrieron del trastorno bipolar. Escritores como León Tolstoi y Virginia Woolf también mostraron síntomas del trastorno bipolar, así como los músicos Haendel y Berlioz, entre otros y actualmente un sinnúmero de personas famosas entre artistas y políticos.
El trastorno bipolar no hace diferencia entre las personas, igual puede aparecerse en hombres y mujeres y si no se trata puede desencadenar en problemas graves de conducta, hasta en el suicidio, considerado como un trastorno incurable, sin embargo puede ser tratado y hacer que las personas funcionen en la sociedad y en sus relaciones.
