La Lic. Mireya Ramírez, psicóloga del Programa de Prevención y Atención a la Violencia Familiar y de Género del módulo de esta ciudad señaló que en lo que va de este 2018 se atendieron 150 casos de violencia familiar y violencia sexual.
Del mes de marzo al mes de diciembre se recibieron mujeres que llegaron por iniciativa propia o que fueron canalizadas por otras instituciones como Fiscalía, Instituto Coahuilense de las Mujeres, DIF o del mismo hospital. De estos 150 casos que se atendieron, el 70% fueron mujeres en situación de violencia por parte de su pareja o expareja, en la que presentaban violencia física, violencia psicológica acompañada en algunos casos de violencia sexual. El otro 30% fue exclusivo de violencia sexual, del cual el 20% fueron menores de edad, lo que llamó la atención, ya que eran la mayoría menores de 15 años que sostienen relaciones sexuales a veces consensuadas o a la fuerza con hombres mayores de 20 años y es lo que lo convierte en un delito, ya que la Ley es muy clara, si alguien sostiene relaciones con una menor de 15 años es una violación, ya que no se tiene la madurez ni la comprensión para saber lo que está haciendo y el adulto sí lo sabe. La mayoría de estos casos de violencia sexual se dan por consecuencia de las redes sociales, ya que es el medio por el que tienden a conocer personas sin tomar las medidas necesarias, además de que las jovencitas vienen de hogares donde los padres son negligentes y permisivos, la mayoría de los casos son de Allende y Nava, y otros más de Piedras Negras.
En el módulo se trabaja con los padres, hablando de los casos de abuso sexual, así como en cualquier caso de violencia física o psicológica se trabaja en acompañamiento, se les apoya reduciendo la sensación de estigmatización, de vergüenza, así como ayudarles con medidas de seguridad.
Un 40% de los casos son dados de alta, hablando del área psicológica, ya que la mayoría abandona el tratamiento, porque esperan que su problema sea resuelto por terceras personas sin tomar en cuenta que deben comenzar por sí mismas a realizar los cambios necesarios para poner límites y asumir responsabilidades, pero para eso deben continuar con las terapias.
