"La busqué, siempre la busqué", repetía Rozalina, dándole la mano a su hermana.
Nacida en 1928, Yulia Jaritonova fue desalojada con su madre y se instaló en Penza, a unos 700 kilómetros al sureste de Moscú, mientras que Rozalina, nacida en 1926, fue trasladada mil kilómetros más al este, en Cheliabinsk, en los Urales, con los empleados de la fábrica en la que trabajaba.
Según la jefa de policía, Irina Volk, las dos mujeres se reencontraron en enero en Cheliabinsk, luego de que la hija de Yulia le pidiera a las fuerzas de seguridad que la ayudaran a dar con el paradero de la hermana mayor de su madre.
Rozalina ya había intentado encontrar a su hermana, sin haberlo conseguido, durante un programa de televisión especializado en encontrar a familiares desaparecidos.
La policía, al descubrir el testimonio de Rozalina en la página del programa, contactó con las dos mujeres y organizó el emotivo reencuentro.