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Coahuila

IMSS lo deja morir

Mónica Meza
Por Mónica Meza - 03 agosto, 2017 - 03:40 a.m.

Esperó tres horas en urgencias hasta que un infarto le quitó la vida; según la enfermera “todos los pacientes dicen lo mismo”

FRONTERA, COAH.- Luis Lauro Mireles Maldonado de 65 años murió luego de esperar más de tres horas en urgencias de la clínica nueve del IMSS en Frontera, aunque familiares del paciente insistieron en que sentía muy mal no quisieron atenderlo hasta que tocara su turno con el argumento de que así llegaban todos para irse rápido.

“Están tan acostumbrados a que se les muera los pacientes todos los días por eso no los atienden”, comentan familiares del fallecido.

Eran las 10 de la noche cuando Luis Mireles Maldonado empezó con síntomas como vómito, desesperación a causa de la falta de respiración y debilidad, dos de sus hermanas que cuidaban de él debido a que hace algunos años perdió la vista por ser diabético, además usaba silla de ruedas, lo llevaron a urgencias y pidieron que lo atendieran.

En la sala de urgencias había muchos pacientes esperando a ser atendidos, Santa Mireles y su hermana ambas personas mayores, pedían a la asistente le dieran el pase para que la doctora en turno lo revisara.

“Ella dijo es que ya le checaron sus signos vitales y está bien, tiene que esperar su turno, yo lo veía muy mal, mi hermano me decía que lo llevara a la Cruz Roja, yo le decía que ya faltaba poco”, señaló llorando Santa Mireles afligida al recordar lo que una noche antes había pasado.

Dice que ella junto con su hermana insistían constantemente en que atendieran a su hermano y el personal del IMSS entre ellos la asistente y una enfermera se aferraban a que tenía que esperar su turno.

“Yo les decía es que ¿no lo ve como está? y ella me contestó sí así vienen todos diciendo que se siente muy mal, porque quieren salir pronto”.

Desesperada por que atendieran a su hermano preguntó cuántos pacientes faltaban, la asistente no supo decirle, entró al consultorio de la doctora y le comentó que era urgente que revisara a su hermano, pero la doctora hizo caso omiso y seguía nombrando a los pacientes.

Desde su escritorio la doctora mencionaba a los pacientes, por lo que Santa Mireles decidió quedarse parada en la puerta y desde ahí repetía los nombres de las personas incluso salía de la sala de espera para buscar a quien seguía y con ello dar agilidad para que pronto tocara el turno de su hermano.

Hasta que anunciaron al paciente que estaba antes que su hermano, en ese momento Luis Lauro Mirles gritó que ya no podía más, Santa Mirles le pedía paciencia mencionándole que era cuestión de minutos, para entonces ya eran entre la 1:30 y 2:00 de la mañana.

Luis Lauro pidió un traguito de agua y cuando apenas iba a tomar empezó a convulsionar.

La doctora le pidió a ella y a su hermana que salieran del consultorio y esperaran en la sala y desde ahí se escuchaban las voces de los trabajadores del IMSS que intentaban reanimarlo.

Así pasó un buen tiempo hasta que salió la doctora para decir a los familiares “Lo siento mucho le dio un infarto”, Santa Mireles no sabía cómo reaccionar pero segada por el coraje, el dolor y la impotencia les gritó que ellos habían dejado que le diera por la falta de atención.

“No lo quisieron atender y cuando lo hicieron fue demasiado tarde”, señala Santa Mireles llorando.

Ayer el cuerpo de su hermano era velado en la funeraria Martínez, el dolor de los familiares se multiplicó pues recuerdan cómo pedía que lo llevaran a la Cruz Roja.

“Yo lo veía con sus ojitos muy brillosos, me decía que lo sacara de ahí, que lo llevara a la Cruz Roja”, comenta desconsoladamente su hermana.

Hasta el momento no saben si van actuar en contra del IMSS, pues argumentan que hubo muchos testigos de que pedían a gritos la atención, catalogaron como ineficiente el servicio que brinda el IMSS.

No saben el nombre de la doctora pero la describieron como alta, pelo corto, de tez blanca y la asistente de cabello negro, estatura media y tez aperlada.

Señaló que tal vez su hermano no iba muy seguido al IMSS, a pesar de ser diabético él compraba su medicamento y se cuidaba mucho, pero dijo que independientemente de esto debió recibir atención oportuna porque era una verdadera urgencia.

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Comentó su hermana

“Mi hermano empezó como a convulsionar, le temblaba el brazo y yo les gritaba que estaba mal, que lo atendieran y ni así, abrí el consultorio de la doctora y fue cuando lo pasaron para que lo revisaran”.

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