“Todo lo que pude hacer fue llorar”, dijo Montañez. “Mi bebé se había ido y fue muy difícil. (Yo estaba) tras las rejas, no podía salir a buscarla”.
La madre se encontraba en Estados Unidos, y fue que el padre regreso con la niña a Nicaragua de donde eran originarios.
Mediante un mensaje enviado a por una tercera persona desconocida, fue que la madre pudo contactar a su hija, al principio se mostró escéptica, pero cuando le dieron detalles personales de Cinthya, se convenció y viajo desde Georgia hasta Nicaragua.
Al reunirse, la joven le contó que su padre le había dicho que fue abandonada por ella, sin mencionar que la madre de su madrastra, la había abandonado en un orfanato, donde unas monjas le encontraron familia.