Un “brujo”, originario del Municipio de Nadadores, que estaba en completo estado de ebriedad al interior del bar “El Zepellín”, fingió tener un don de videncia para manosear a las damiselas que estaban laborando en ese momento, todo esto para darse placer sin tener que pagar.
El dueño del antro de inmediato llamó a los oficiales de Policía, quienes arribaron al lugar, y al proceder con la detención de la persona señalada, éste empezó a poner resistencia, tirando golpes a los Policías.
Cuando por fin pudieron someterlo, el tipo fue colocado en la patrulla donde empezó a lanzar conjuros de salación, para los ya de por si “salados” elementos, así como videncias que en ese momento se le manifestaban.
Al ser presentado ante el juez calificador, el poseído pero por el alcohol, no aportó sus datos, sólo dijo que era del Municipio de Nadadores y que se dedicaba a practicar la brujería, hasta declaró otro conjuro para que cayera la desgracia sobre el Juez que ordenó su encierro tras las rejas.
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