El pequeño Saúl Gael padece leucemia linfoblástica aguda
Demostrando que no hay nada que una madre no haga por un hijo. Gisela Gutiérrez ofreció a Dios todo lo que estuviera en sus manos, incluso hasta su propia vida a cambio de la salud de su hijo Saúl, quien fue diagnosticado con cáncer.
El 11 de marzo del 2014 la vida de Gisela cambió completamente, su único hijo Saúl Gael fue diagnosticado con leucemia linfoblástica aguda, empezando un duro proceso donde la fortaleza de Dios, su expareja Roberto Moreno, así como la familia de ambos le permitieron recibir las fuerzas necesarias para salir adelante.
Para la joven madre de 27 años fue un duro proceso asimilar y entender por qué su hijo tenía esta enfermedad, especialmente cómo iban a hacerle para enfrentarlo
“Cuando te dicen que tu hijo tiene cáncer primero es de no creerse, el dolor es inevitable y las ideas que llegan al pensamiento son muy dolorosas, te llenan de angustia e incertidumbre pensar qué se hizo mal, en que fallamos como madre o como persona, pero sobretodo por qué a mí, por qué a él, por qué yo”, recalcó la joven madre de familia con sus ojos llenos de lágrimas.
Sin embargo las respuestas poco a poco empezaron a llegar, donde la fe se hace el mejor sustento para tener las fuerzas necesarias para salir adelante, dejando de lado cualquier negatividad para sacar adelante a su hijo y enfrentar el proceso
En un principio el pronóstico de los médicos fue bastante bueno, pues la edad, así como el rango en que estaba la enfermedad tenían un 95 por ciento de probabilidad de sanarse, pero el proceso sería de 3 a 4 años.
El primer año de recuperación del pequeño Saúl fue muy complicado para la familia, ya que es un proceso que requiere mucha dedicación, tiempo, paciencia pero sobre todo fortaleza y fe para salir adelante.
Comenzaron con la etapa de inducción a la remisión, la remisión y posteriormente la consolidación o mantenimiento que ocasionaron que su pequeño estuviera en aislamiento, pues tenían que eliminar todo lo que estuviera dentro de su cuerpo bueno o malo.
Para Gisela en el Doctors Hospital las noches se volvieron días, no podía concebir el sueño, la ansiedad recorría todo su cuerpo y la incertidumbre se convertía en el pan de cada día, pues pensaba en qué podía hacer para que su hijo estuviera mejor.
“Llega un momento en que le ofreces a Dios nos cambiara el lugar, me llevara a mí en lugar de mi hijo o qué podía hacer para que le diera salud, yo era completamente materia dispuesta porque no hay nada que una madre no haga por su hijo”, recalcó la entrevistada.
Al pasar de los días comprendes que las cosas no son así, es por ello que tratan de retomar la fuerza necesaria para salir adelante, pero sobre todo para darle la fortaleza que él necesita para salir adelante.
“Se tiene que hacer todo lo que está en nuestras manos para que él salga adelante, llegan momentos donde te quiebras y tienes que salirte para llorar porque es él quien más necesita de sus padres”, refrendó.
Aunque el pequeño Saúl entiende que está enfermo nunca se rompió su buena actitud, no sabía lo que era una inyección o un piquete, puso su brazo y no comprendía el dolor, pero nunca pregunto qué era lo que le pasaba, nunca ha cuestionado, ni se ha quejado del proceso que está viviendo.
La fortaleza que día a día presentaba su hijo ha dejado a sus padres, familiares y amigos un gran mensaje de lucha y positividad, pues a pesar de la difícil situación que está viviendo nunca ha dejado de sonreír.
Hace aproximadamente 19 días el pequeño tuvo una recaída que pensaron tendría un lamentable desenlace pues el tratamiento no daba resultados, sus defensas bajaron a niveles críticos, entró en aplacia medular así que dejó de funcionar y nada de lo que hacían funcionaba
Milagrosamente un día empezó a dar buenos resultados, empezó a mejorar su salud y apenas este lunes fue dado de alta, está nuevamente con nosotros, haciéndonos felices y esperamos que todo salga de la mejor manera.
