Tras realizarle un exámen médico general en un centro de salud regional, el inmigrante fue trasladado al Centro Médico de McAllen, Texas, donde fue diagnosticado con cirrosis hepática y un fallo cardiaco masivo, por lo que fue hospitalizado hasta su muerte.
"Esta pérdida de una vida es trágica. Nuestras condolencias para su familia y sus seres queridos. El CBP continúa empeñado en garantizar un tratamiento seguro y humano a todos aquellos que se encuentran bajo nuestra custodia", señaló el subcomisionado de Asuntos Públicos de la agencia, Andrew Meehan.
Dos niños inmigrantes también han muerto
La de este ciudadano mexicano supone la tercera muerte de un inmigrante que se encontraba bajo custodia de las autoridades fronterizas estadounidenses en los últimos tres meses.
Apenas un par de semanas antes, el 8 de diciembre, fue la pequeña Jakelin Caal Maquín, de 7 años y también procedente de Guatemala, la que perdió la vida en un hospital infantil de El Paso (Texas), tras haber cruzado ilegalmente la frontera con México junto a su padre.
En el día de Nochebuena, un niño guatemalteco de 8 años, identificado como Felipe Gómez Alonzo, murió en un hospital del estado de Nuevo México después de haber estado bajo la custodia de la policía fronteriza durante más de una semana.
El 23 de diciembre, el niño y su padre llegaron a Alamogordo, a unos 145 kilómetros de El Paso, y al día siguiente el pequeño fue hospitalizado porque tosía y tenía los "ojos brillantes".
La secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, atribuyó en diciembre estas muertes al incremento de las detenciones en la frontera y al hecho de que cada vez más inmigrantes llegan enfermos.