CIUDAD DE MÉXICO.- Frente a la cámara puede ser un seductor que despierta bajas pasiones, un capo de la droga sin escrúpulos, o un homosexual que asiste en el suicidio a su mejor amigo. Pero la verdadera personalidad de Olivier Martínez es un enigma.
“Yo no soy lo que ven en la pantalla, quien soy me lo quedo para mí, es privado. No quiero decir quién soy; hago personajes, pero mi vida es otro tema.
“Nunca hablo de mi lado personal por eso, es una regla. En 25 años no lo he hecho porque me parece que, por ejemplo, las revistas del corazón matan un poquito el misterio”, comparte el francés en entrevista.
Por eso, uno de los temas que no aborda es su divorcio de la actriz Halle Berry, de quien se separó en 2015 y con quien tuvo al pequeño Maceo, de dos años.
“Estamos en una época de telerrealidad y yo soy todo lo contrario. Si quiero tener credibilidad en un papel, no puedo ser demasiado famoso porque matas al personaje.
“La gente piensa: ‘No creo que Olivier sea así’. Ellos tienen esta idea de que me conocen personalmente, aunque intento cubrir mi vida privada; a menudo fracaso, pero lo intento”, admite.
A sus 50 años, reconoce que no es nada fácil abstraerse de un mundo tan mediático, pero no está dispuesto a dar su brazo a torcer solo por acaparar titulares y estar en boca del público.
