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Opinión

El eclipse de sol

El eclipse de sol

Oscar Rodriguez
Por Oscar Rodriguez - 31 marzo, 2024 - 09:29 a.m.
El eclipse de sol

Amables lectores, tengan ustedes un buen día.

La palabra "eclipse" proviene del griego "ekleipsis" que significa "desaparición" que a su vez se deriva de "ekleipein" que significa "separar". En astronomía se llama eclipse al ocultamiento que sucede cuando un astro se interpone con otro en su trayectoria visual.

Los dos eclipses que se observan desde la superficie de nuestro mundo son el eclipse solar (que es cuando la Luna obstruye los rayos del Sol produciendo un oscurecimiento en la región de la Tierra en donde ocurre el fenómeno) y el eclipse lunar (que es cuando la Tierra cubre el Sol y le da sombra a la Luna). Estos dos ocultamientos pueden ser parciales o totales según si el astro que se interponga entre los otros dos cuerpos celestes lo oculta por completo o solo lo hace en parte.

Con menor uso ocurren algunos eclipses que son menos espectaculares. A veces los planetas más cercanos al Sol (Mercurio y Venus) lo eclipsan parcialmente. Del mismo modo, los planetas que tienen satélites producen con cierta frecuencia eclipses que solamente son visibles con la ayuda de telescopios. En estos casos, no se utiliza la palabra "eclipse", tal vez por la disparidad en el tamaño de los astros involucrados en el evento astronómico, sino que se denomina "tránsito" al paso de un cuerpo celeste enfrente de uno mucho mayor (por ejemplo cuando Mercurio o Venus pasan por enfrente del Sol) y "ocultación" cuando un astro de tamaño aparentemente pequeño es tapado por uno que se ve mucho más grande (como cuando la luna oculta estrellas o planetas como Marte, Júpiter o Saturno).

Los eclipses junto con la aparición de cometas y meteoros eran los fenómenos más temidos por diversas culturas de la antigüedad, principalmente debido a que eran impredecibles. En realidad los eclipses como el que ocurrirá en nuestro país el próximo 8 de abril no representan mayor peligro si tomamos las medidas de protección adecuadas, a diferencia de lo que hizo el entonces presidente Trump al observar directamente al sol durante el evento de agosto de 2017.

A lo largo de la historia algunos eclipses se han destacado. Hay un escrito del historiador griego Heródoto en el que hace referencia un eclipse que ocurrió mientras se desarrollaba una batalla entre los medos y los lidios en regiones de la actual Turquía. Desde el siglo XIX, los astrónomos determinaron que este evento ocurrió el 28 de mayo del año 585 antes de nuestra era. También se narra que Cristóbal Colón dejó asombrados a unos habitantes de lo que ahora es Jamaica y gracias a que les predijo la ocurrencia de un eclipse de luna consiguió que los isleños les proporcionaran agua y alimentos. Otro eclipse famoso fue el de 1919 que confirmó la Teoría General de la Relatividad de Albert Einstein ya que los científicos pudieron observar que el campo gravitacional del Sol desvió la luz de las estrellas.

Cuando tuve la oportunidad de cursar la escuela primaria, en los libros de texto la explicación del tema de los eclipses era bastante breve, con un par de ilustraciones de manera que algunas interrogantes quedaban en la mente de no pocos de los estudiantes de aquella época. Por ejemplo, ¿por qué no tenemos un eclipse de sol cada luna nueva? Y de la misma manera ¿cómo es que no ocurre un eclipse de luna en cada luna llena? Si aparentemente las condiciones están dadas para que sucedan ambos eventos.

Supongamos que tenemos tres personas llamadas muy adecuadamente: Helio, Mundo y Selena. Para fines de demostración, Helio se ubica en el centro de un campo de fútbol, Mundo en uno de los puntos de tiro penal y Selena a unos cuantos metros de Mundo. Solamente Selena tendrá la oportunidad de moverse y si va a recorrer una trayectoria alrededor de Mundo efectivamente en cada vuelta habrá un punto en el que Selena se interpondrá entre Mundo y Helio y habrá otro punto en el que Mundo quedará interpuesto entre Helio y Selena. Ahí está. Deberíamos tener un eclipse cada dos semanas, aproximadamente.

Pero, hay un factor importante que no mencionaron los viejos libros de texto (o al menos no recuerdo que lo describieran): la trayectoria de la Luna alrededor de la Tierra no está alineada con la de la Tierra alrededor del Sol (esta última se denomina "plano de la eclíptica") sino que tiene una inclinación de un poco más de cinco grados. En nuestro ejemplo de la cancha de fútbol, el plano de la eclíptica es el terreno de juego y para nuestro ejemplo es como si en su trayectoria, Selena estuviera unas veces por encima y otras veces por debajo del nivel del campo. Un eclipse solamente podría ocurrir cuando Selena estuviera exactamente a nivel de cancha y en la misma línea recta que forman Helio y Mundo. Esto ocurre más o menos dos veces por año.

Como el ciclo de rotación de la Tierra no está sincronizado con el ciclo lunar ni con el ciclo de traslación, cada ocurrencia de un eclipse solar la sombra de la Luna se proyecta sobre diferentes partes de nuestro planeta.

Existe una cierta periodicidad en los eclipses llamada Saros. Un Saros es un ciclo que tiene una duración aproximada de 18 años, 11 días y 8 horas al final del cual la Tierra y la Luna tienen más o menos la misma ubicación en sus órbitas y los eclipses se pueden repetir.

Me quedan algunas otras cosas que quisiera comentarles, pero eso será la próxima vez.

Que tengan ustedes una excelente semana.

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