En pleno siglo XXI continúa la discriminación en materia laboral, en donde no existe una apertura para las personas que cuentan con alguna discapacidad a pesar de que tengan las habilidades para realizar el trabajo.
En realidad son pocas las empresas inclusivas que cuentan con vacantes para personas con discapacidad visual, motriz, o de algún otro tipo, a pesar de los incentivos que se otorgan a las empresas.
Marisa López indicó que en su mayoría alegan a que no cuentan con la infraestructura que se requiere para ellos, como son rampas o accesos especiales, así como existe una falta de cultura.
Marisa fue una de las jóvenes que acudieron el día de ayer al Servicio Nacional del Empleo en busca de una de las vacantes que ofrece una cadena comercial, y donde señala que para ellos es difícil encontrar trabajo.
“Es muy difícil porque se nos cierran las oportunidades de trabajo, cuando nos ven en silla de ruedas nos cierran las puertas y dicen que no cuentan con las instalaciones apropiadas para personas con discapacidad”.
Hay otras personas que se detienen a buscar un empleo, por el temor de perder la seguridad social, ya que por su condición están aseguradas al IMSS por sus padres, pero al momento de integrarse a un trabajo son afiliadas y pierden el derecho que tenían anteriormente y está en riesgo su permanencia, como el caso de Sonia Amaya.
Ambas hicieron un llamado a las autoridades para que se les tome en cuenta, que se les den las oportunidades, al señalar que son personas que desean salir adelante y que cuentan con las mismas capacidades y necesidades de una persona normal.
Lamentaron que aún en estos tiempos exista discriminación, y señalaron que ellas pueden integrarse sin problema al sector laboral.
