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No quiero existir, nadie me quiere: Niño que quiso quemarse

Por Agencia - 09 enero, 2018 - 05:55 p.m.
No quiero existir, nadie me quiere: Niño que quiso quemarse

Aguascalientes.- Francisco Javier, un menor de 12 años vivió una vida difícil al lado de su madre, María, quien padecía alcoholismo, y al lado de su padre quien no hacía caso de él ni de su hermanita María de los Ángeles.

Fue en el 2012 cuando Angélica Guzmán, una prima de María,  viajó Chimalhuacán, Estado de México, para visitar a María, Francisco y María de los Ángeles.

Durante la instancia en Chimalhuacán, Angélica notó que algo no andaba bien en la familia y le ofreció apoyo a su prima. Se llevaría a su casa a la pequeña María con ella, que en ese entonces tenía ocho años para que pudiera jugar con Diana, una joven con parálisis cerebral, hija de otro familiar.

Al enterarse Francisco que su hermanita se iría a vivir con Angélica, comenzó a llorar y en medio de las lágrimas suplicaba que quería ir a vivir con Angélica y ahora María de los Ángeles.

“Yo también quiero ir’, decía; yo le respondí que no me lo podía llevar porque sólo tenía ropa de niña, señala Angélica.

El niño intentó inmolarse. Foto Pixabay

Cuando Francisco lloraba desesperadamente, Angélica escuchó que su padre lo maltrato verbalmente por lo que Angélica decidió llevarlo consigo.

‘¡Ya ves marica, a ti nadie te quiere, vete para allá!’. El niño se separó llorando. “Yo me sentí muy mal al ver cómo se le trataba al niño de entonces siete años y le dije a su papá que si quería también me le podía llevar unos días y aceptó”, indicó Angélica.

Una vez teniendo en su casa a los pequeños, la mujer se percató que los menores tenían huellas de violencia y que además no estaban registrados y que no iban a la escuela.

Al observar que los niños habían sido maltratados, Angélica decidió llevarlos a la Procuraduría de la Defensa del Menor del Estado de México. Los infantes fueron llevados al albergue del DIF.

Durante un tiempo, Angélica los visitó en las instalaciones. Tiempo después tomó la decisión de ser su tutora y obtuvo la custodia de ambos.

Foto ilustrativa PxHere

Teniendo a cargo a Diana, Francisco y a María de los Ángeles, Angélica pasó por una difícil situación. Entraba a trabajar desde muy temprano y las tardes se las dedicaba a los tres menores y hace manualidades.

Al paso de los años, Francisco comenzó a tener una conducta diferente, no quería ir a la escuela, y era inquieto y caprichudo.

El pasado seis de diciembre, teniendo 12 años de edad, Francisco se desvió del camino a la escuela hasta un terreno baldío, ahí  prendió fuego a los pastizales y se quedó en el centro de las llamas con la intención de inmolarse.

“¡Déjenme, déjenme!, ¡nadie me quiere!”, repetía Francisco a los agentes que llegaron al lugar para salvarlo.

El menor  indicó a los agentes que ya no quería existir por eso se había colocado en medio del fuego.

“¡Ya no quiero existir!, ¡ya no quiero existir!”, repetía una y otra vez.

Luego de que los agentes evitaran la tragedia, el menor fue llevado al Departamento de Justicia, donde personal de Trabajo Social y Psicología le detectó un “estrés muy fuerte”. El niño dijo que era adoptado, que de pequeño sufrió violencia en su familia y de nuevo era maltratado, citó El Imparcial.

El menor se encuentra en el albergue en donde recibe  la atención sicológica.

“Le estamos echando ganas para salir adelante”, dice Angélica, quien espera que el menor pueda llevar una vida normal sin traumas.

Angélica cuenta con el apoyo del para el transporte de los niños a la escuela en las mañanas y de ahí a su casa en el horario matutino.

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