En la nación africana de Ruanda, existe una estricta prohibición de uso, manufactura e importación de varios tipos de materiales plásticos.
Las penas para quienes violan esta ley son tan severas y van desde pedir disculpas publicamente y una multa de 365 mil pesos, hasta 4 años de cárcel.
Por este motivo, supermercados y otros comercios rápidamente sustituyeron bolsas de plástico por bolsas resistentes y reutilizables.
Estas medidas fueron puestas en prácticas tras el genocidio de 1994 en dicho país, en donde fallecieron un millón de personas.
El gobierno enfocó sus esfuerzos en la protección y conservación ambiantal e incluso llegó al nivel de equiparar las bolsas de plástico a sustancias peligrosas como las drogas.
Apenas en febrero de este año, el gobierno ruandés promovió otra medida para prohibir el resto de los plásticos desechables.
Con información de En Punto